Vaya, este año pensé que no me iban a caer muchos castigos, pero me estoy dando cuenta de que sí, porque una persona llamada Elena Salgado ha decidido convertirse en la salvaguarda de la salud y el cuerpo sano, así que ha decidido hacer campaña y leyes contra una serie de cosas.
Primero fue el tabaco. Fumar es malo sí, pero también lo son los humos de los coches, los humos de las fábricas, los humos de las hogueras… todo en esta vida nos perjudica. El problema es que muchos no eligen tragarse el humo de las fábricas y los coches pero, sin embargo, el humo del tabaco sí. Para una cosa que eligen, dejen que lo hagan en paz y a un precio justo.
Luego le llegó el turno al vino. Ahora un conductor se toma media botella de vino y se siente el protagonista de la película Enemigo Público, temiendo que en cualquier momento la policía le pare, le haga soplar y, aunque el hombre conduzca perfectamente, le metan un paquete que le dejen temblando, eso si no pierde su carné…
Luego fue a por esa hamburguesa enorme, tamaño familiar, que sacó Burger King. La hamburguesa lleva algo así como 971 calorías y 25 gramos de grasa saturada por unidad, vamos que se podría decir que llena. Y lo que yo me pregunto es ¿Van a obligar a la gente a comer esa hamburguesa? Yo creo que, en todo caso, el que antes se comía 4 ó 5 hamburguesas, ahora simplemente se comerá una grande y quedará saciado. Es absurdo estar contra una hamburguesa, aunque sea de tamaño familiar, y haya que levantarla con una polea para poder darla un mordisco.
A mí sinceramente me gustaría probar esa hamburguesa. No sé, pero no creo que me la llegue a comer entera, cuando vaya por la caloría 501, se me saldrá la hamburguesa por las orejas, así que pararé de comer y ya está, no voy a comer más de lo que me apetece, igual que todo el mundo.
Es obvio que esta hamburguesa sólo va a ser consumida por la gente que come mucho, si les prohíben la hamburguesa grande, saciarán su apetito con unas cuantas de las pequeñas.
Ahora bien ahora se hace campaña contra los toros. En este punto estoy totalmente de acuerdo. Os invito a ver un video sobre el Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal (PACMA), os digo que veáis el video, no que votéis a este partido, ya que pienso que en los artículos que hacemos deben ser neutrales y no favorecer a ninguna fuerza política, ni hacer publicidad de sus candidatos… Me he desviado un poco del tema así que volvamos a los toros, pues bien, en dicho video se muestran imágenes poco agradables, y que no deberían ver personas sensibles, en las que se ve, entre otras cosas como sufren los toros durante La Fiesta Nacional.
Los toros me parecen algo verdaderamente repugnante: el hecho de ver a un corro de personas atónitas mirando como se tortura a animal inocente, no hace mas que recordarme a los sangrientos combates entre gladiadores en el circo romano… y sí, un toro sufre igual que una persona, también tiene sentimientos, por lo tanto tan cruel es torturar a una persona como a un toro.
Esta más que demostrado que los animales sufren, pero tal vez este espectáculo se mantiene porque el sadismo y la caspa reinan en nuestra sociedad. También diré que el recrearse en el dolor y el sufrimiento es una enfermedad psiquiátrica. Por cierto, me parece muy triste que algunas personas consideren “honroso” que un torero se bata contra un toro, teniendo en cuenta que el torero juega al despiste y a la confusión y que con los toros se lleva a cabo una serie de pasos para que salgan, ya a la plaza, confusos y desorientados.
Algunas personas dicen que es una tradición, que es parte de nuestra cultura. Pues bien el canibalismo es o era parte de la cultura gastronómica de algunas tribus del caribe. Para mí es un recuerdo de la degradación y maldad a la que puede llegar el ser humano. Decir que los toros son parte de nuestra cultura es demostrar una vez más que muchas personas carecen de una buena cultura. Si esto es cultura, mi elección es la contracultura.
(*) Días después de que se escribiera este texto, la ministra de Sanidad, Elena Salgado, anunció la interrupción del anteproyecto de la Ley de Prevención del Alcohol entre Menores y lamentó que «no se haya podido llegar a un consenso». A su juicio, en relación al alcohol «no hay la misma sensibilidad social que en el tema del tabaco». «Lo que ha pasado es que no hemos sido capaces de ver la gravedad del problema, todo el mundo mira para otro lado», denuncia Salgado.