José Quinzaños es uno de esos hombres dedicado a las palabras. Encargado por el destino y la vocación de custodiar la palabra cotidiana, la que cuenta pequeñas y grandes historias, pero importantes al fin. Su imprenta ha sido testigo vivo e inquieto de la palabra en la ciudad de Torrelavega, guardando entre sus máquinas toda la magia y el encanto de un arte hecho oficio y de un oficio hecho necesidad para la identidad de un pueblo.

Nada es una sociedad sin sus ilusiones, su pasado y las historias cotidianas de sus gentes. De contarlo, transmitirlo y custodiarlo se encargan las palabras, y de éstas aquellos que las miman, las escriben y las transmiten. José Quinzaños ha imprimido durante medio siglo cada declaración de amor de la que los torrelaveguenses han hecho partícipes a sus ciudadanos, cada despedida que hacíamos mirando al cielo, cada ilusión puesta en un nuevo negocio, cada historia contada para el solaz de las gentes de la ciudad. Cada vez que la comunicación se ha hecho palabra ahí han estado sus manos para moldearla, para entregarla, para custodiarla.

Pregunta.- ¿Cuánto tiempo llevas en este mundo?
Respuesta.- Mas o menos 49 años.

P.- ¿Fueron duros los comienzos?
R.- Sí, como todas las aventuras que empezamos en la vida. Entonces todo se hacía manualmente, no como ahora que todo el proceso es más mecanizado. Antes había que meter la hoja con la mano derecha, y con la izquierda sacarla.

P.- ¿Cómo fueron los inicios como empresa?, ¿cómo se te ocurrió la idea?
R.- Cuando eres emprendedor te das cuenta de las necesidades de la gente. Pronto me di cuenta de que había posibilidades de crear una pequeña empresa en Torrelavega; era el año 56 y el campo de la impresión no estaba completamente cubierto, al menos tal como yo lo concebía. Poco a poco nos fuimos abriendo camino y evolucionando al ritmo que la ciudad precisaba. Siempre hemos intentado evolucionar a medida que las técnicas de impresión lo hacían, consiguiendo atender a la ciudad con una capacidad de producción y una calidad cada vez mayores.

P.- ¿Te costó mucho trabajo empezar?
R.- Sí, porque los clientes exigen esfuerzo y que éste se vea reflejado en la calidad y por eso es por lo que confían en ti, por ello siempre hay que hacerlo todo perfecto y no te puedes permitir tener fallos porque eso los clientes lo notan mucho.

P.- ¿Qué es lo que se hace concretamente en este trabajo?
R.- Ahora en este momento tengo menos que hacer porque tengo a mis hijos en
el negocio…(risas) pero generalmente tener que ir a buscar el trabajo a los clientes, traerlo y hacer que este trabajo se realice para que luego poder entregárselo, ya que el cliente quiere que se lo entregues cuando él lo desea. Tradicionalmente elaboramos libros, folletos, publicaciones, formularios y material de empresa.

P.- ¿Tienes ayuda familiar o contratas personal ajeno a esta empresa?
R.- En el negocio ahora están trabajando cuatro hijos y después tenemos veinte trabajadores más.

P.- ¿Qué es lo que más te gusta de este trabajo?
R.- Lo que más me gusta hacer es todo lo relacionado con los libros, y si son de Cantabria todavía mucho más.
Otra de las cosas que también me gusta mucho es la confección de periódicos. Elaboramos algunos de los de tirada media, entorno a los 6.000 ó 8.0000 ejemplares. Pero sobre todo lo más gratificante es ver como el negocio, gracias al esfuerzo personal, ha crecido y ganado justamente la confianza de la gente. En este momento estamos a nivel máximo de calidad y producción, con lo cual estamos muy satisfechos.

P.- ¿Ves tu esfuerzo reflejado en el número de clientes?
R.- Sí, y además de forma muy positiva. Hoy día tenemos una imprenta muy grande que nos permite trabajar de forma muy rápida con dos máquinas a relevos día y noche y eso para mí es una satisfacción muy grande.

P.- ¿Qué es lo que más reclama la gente?
R.- La gente siempre lo que más reclama es prontitud y calidad. Pero lo que más es prontitud, porque siempre traen el trabajo a realizar muy justo de tiempo, porque antes te daban plazos de 15 días, 20 días… pero ahora no, traen el disco hoy y para mañana ya lo quieren hecho.

P.- Y bueno, ya para finalizar. ¿Crees que el negocio se puede ampliar en un futuro?
R.- Yo creo que eso en este trabajo es fundamental y hay que ampliar continuamente, ya que las máquinas cada cuatro o cinco años se quedan obsoletas y en ese periodo de tiempo tenemos que ir cambiándolas por otras más modernas. Por ejemplo, hace poco han salido unas nuevas máquinas de ocho y diez colores que son de dos pisos. Hace unas semanas hemos estado en Barcelona y las hemos visto y lo que hacen es copiar por las dos caras a la vez. Eso es ahora a lo máximo que nosotros podemos aspirar, pero bueno poco a poco yo creo que podemos ir ampliando con las necesidades que vayan surgiendo.

Trabajo original