Los alumnos de biología y geología de 3º y 4º de ESO, acompañados de Antonio Luis y Laura, profesores de biología y geología, visitamos el Parque Natural de Saja-Besaya.

El Parque Natural de Saja-Besaya está situado entre los montes de Palombera y Sejos, repartido por los municipios de Ruente, Cabuérniga, los Tojos, Hermandad de Campoo de Suso, Arenas de Iguña y Cieza.

Nos dirigimos hacia el Monte Aa donde, guiados por unos monitores, hicimos una ruta de aproximadamente cuatro horas, en las que pudimos observar el bosque caducifolio atlántico.

Algunos árboles que miramos con detenida atención, fueron, por ejemplo:

• Haya: es un árbol muy competitivo que sólo deja pasar entre 1 y 5 % de luminosidad. Esto da lugar a bosques monoespecíficos, donde sólo hay hayas, ya que no hay luz suficiente para que se desarrollen otras especies vegetales. Es un árbol de gran tamaño, con una disposición de las ramas inferiores en horizontal y las superiores en vertical. Sus hojas terminan en punta y son planas y estriadas para facilitar el discurrir del agua. Su fruto es el hayuco que es muy apreciado por la fauna del bosque.

• Roble: es un árbol de un gran tamaño, de unos 40 metros, con una copa amplia y redondeada, que crece sostenida por un tronco fuerte y corto, sus hojas son lobuladas de mediano tamaño. Su madera es muy dura y ha sido utilizada desde siempre en ebanistería y en siglos pasados como materia para construir los barcos. Su fruto, la bellota, fue muy importante para la alimentación del ganado porcino.

• Avellano: es un arbusto muy ramificado, con hojas grandes y redondeadas. Es muy apreciado por sus frutos, las avellanas.

Vimos algunos más. Después de caminar un largo rato, los que quisimos nos adentramos en un bosque, en el que nos divertimos midiendo la anchura del tronco de un roble con nuestros brazos, y en donde pudimos oír algunos pájaros y dar un entretenido paseo.

En esta zona habitaban algunos animales como el corzo, pájaros como el petirrojo, el carpintero, el arrendajo…, lobos, erizos, liebres, zorros, etc.

Después regresamos a Ruente, donde observamos un buen ejemplo de surgencia kárstica: la Fuentona de Ruente.

Finalmente nos dirigimos a Ucieda, a la cabaña de los labradores, donde comimos. El paisaje era hermoso y estaba todo limpio.

 
Trabajo original