El director de cine torrelaveguense Manuel Gutiérrez Aragón acude todos los años al instituto que lleva su nombre para presidir el jurado del certamen nacional de Vídeos y Guiones. Aprovechando su presencia ha concedido una entrevista a nuestros reporteros, en la que comenta sus comienzos, el certamen de este año, su última película y las posibilidades de Internet, al que califica como «uno de los mejores inventos del siglo XX».

La presencia del realizador de cine Manuel Gutiérrez Aragón en el Instituto que lleva su nombre, es una costumbre que se viene repitiendo durante los últimos cuatro años.

Tampoco esta vez el célebre cineasta torrelaveguense ha querido faltar a su cita en Viérnoles, dentro del marco de las Jornadas Culturales que se han celebrado en los primeros días del mes de abril.
Manuel Gutiérrez Aragón ha presidido el Jurado que ha fallado los premios del IV Certamen Nacional de Guiones y de Vídeos. Tras el acto público de proclamación de los galardonados, el director concedió una entrevista en exclusiva a tres redactoras de nuestra revista, que tuvieron ocasión de hablar distendidamente de la actualidad cinematográfica y también de su propia obra.
Os ofrecemos a continuación un extracto de esta conversación con Manuel Gutiérrez Aragón, que seguro que os va a interesar.

Pregunta.-Usted nació en Torrelavega y pasó aquí su infancia y su juventud. La Enseñanza Media la cursó en el Instituto «Marqués de Santillana». ¿Qué importancia tuvo en su vida profesional aquella etapa de estudiante?
Respuesta.- Por aquellos años, yo sobre todo me dedicaba a escribir. Yo me orientaba hacia la literatura. Tuve muy buenos profesores, buenísimos, que fueron los que orientaron definitivamente mi vida hacia el mundo artístico, aunque no especialmente hacia el cine. Por entonces, incluso recuerdo que gané un premio literario en el Instituto. Algunos profesores que tuve entonces, y a los que aún sigo viendo, «me reprochan» el que me haya dedicado al cine en vez de a la literatura.

P: Actualmente estamos asistiendo a un verdadero «boom» de películas rodadas por jóvenes realizadores españoles. ¿Cómo calificaría el nivel medio de estas producciones?
R: Los jóvenes realizadores españoles, como los de cualquier otro país, se nota que han nacido en una época con un marcado carácter audiovisual. Es decir, que en vez de jugar con un tren eléctrico como nosotros, tuvieron acceso a vídeos y cámaras desde pequeños. Y eso se nota, por ejemplo, en que cometen menos errores que nosotros cuando comenzábamos. Ruedan muy bien, lo hacen todo con bastante facilidad, tienen una gran fluidez narrativa con las imágenes. Por ponerles un defecto, diría que se nota demasiado que han aprendido en otras películas y no mirando la realidad como tuvimos que hacer nosotros.
De todas maneras, este fenómeno es muy positivo para el cine español; entre otras cosas porque ha conseguido acercar a muchos jóvenes espectadores a las salas de proyección. Yo creo que ésta es la novedad más importante y decisiva; la identificación de los gustos y formas de vida de una misma generación de realizadores y espectadores.

P: Usted preside anualmente el Jurado que otorga en nuestro Instituto los premios del Certamen Nacional de Guiones y Vídeos. ¿Cómo ve la calidad media de los trabajos presentados?
R: Este año yo creo que ha descendido la calidad, pero en cambio se nota que hay más gente que sin pensar dedicarse al cine, hace cosas en cine. Por ejemplo, ha habido grupos enteros de estudiantes de Bachillerato que se han puesto a hacer una pequeña película o un vídeo, y que ahora también tienen ocasión de hacer trabajos de este tipo lo mismo que hasta entonces se hacían de Literatura o de Historia. Esto me parece un rasgo muy positivo que hemos constatado este año.
De todas formas, este premio que concedemos no persigue descubrir nuevos genios, sino más bien reconocer justamente trabajos escolares que resulten artísticamente interesantes.

P: Usted ha realizado alguna serie para televisión basada en obras literarias, que han contado con gran éxito popular ¿Cómo cree que han de enfocarse en general las adaptaciones al cine de obras de reconocido prestigio sin quedar dañados o alterados los textos originales?
R: En el caso de obras tan importantes como Don Quijote, La Regenta o Fortunata y Jacinta el respeto y la fidelidad a los textos literarios han estado garantizados, y de ahí el enorme éxito popular que cosecharon en su día. En todo caso yo no creo que las adaptaciones cinematográficas o televisivas sean una plataforma para el éxito seguro. En todo caso estas series tienen que estar tratadas con mucha dignidad tanto desde el punto de vista profesional como técnico y de producción.
La verdad es que este tipo de adaptaciones, precisamente por estos motivos de exigencia, resultan muy caras de producir, y de hecho ahora mismo no se rueda ninguna. Esta situación no sólo la estamos viviendo en España sino también en el resto de los países.

P: Los críticos señalan que su cine se mueve dentro del realismo (no vamos a decir «realismo mágico» porque sabemos que es un término que a usted no le gusta). En sus películas aparece muchas veces un fondo de magia, misterio y paradojas. Usted mismo reconoce que los recuerdos infantiles tienen un gran peso en sus obras. ¿Qué hay de todo esto en la cinta que en este momento tiene en cartelera: «Cosas que dejé en La Habana»?
R: La película es muy testimonial; es decir, que está hecha con situaciones que hemos recogido directamente de la realidad en Madrid, en el mundo del exilio y la emigración cubana, o sea, que en ese aspecto la película se basa en hechos reales, en personas reales. Es seguramente uno de mis películas más testimoniales. No todas tienen por qué ser así; cada una de mis obras suele ser diferente y distinta, pero «Cosas que dejé en La Habana» es casi argumental en lo que se refiere al tratamiento de la realidad de los cubanos que viven en nuestro país.

P: Esta entrevista que le estamos haciendo se difundirá en una revista informática que se publica digitalmente en Internet, en un proyecto escolar en el que participan varios colegios e institutos de Cantabria. ¿Quiere usted, finalmente dirigir unas palabras a nuestros lectores?
R: La verdad es que casi todos andamos por Internet. Espero que nos encontremos algún día «navegando» por la red. Creo que, de hecho, cualquiera que nos esté leyendo en este momento estará manejando uno de los mejores inventos del siglo XX. Además es un invento pacífico, no hace daño a nadie y todo el mundo puede comunicarse a través de él. Por el momento Internet es un medio libre, más libre que los periódicos, la radio o la televisión.

«Lo que deseo es que vuestra revista se mantenga firmemente en la red y que os lean cuantas más personas mejor»

Y con estos buenos propósitos nos despedimos de Manolo Gutiérrez Aragón. Esta vez, no será precisamente un «hasta el año que viene».

Las nuevas tecnologías también nos servirán para mantener contacto con nuestro cineasta en cualquier momento. El intercambio de los respectivos correos electrónicos subraya la despedida y pone el punto final a la conversación.

Trabajo original