Nos fuimos de visita a la Neocueva de Altamira y al Zoo de Santillana del Mar. El día amaneció lluvioso, pero estábamos seguros que lo íbamos a pasar muy bien y conocer cosas en las que no nos habíamos fijado otras veces.

Primera parada: Altamira

La primera parada de la salida fue Altamira. El edificio al que íbamos nos produjo muy buena impresión al verlo desde el autobús, tenía un jardín precioso.
Nos dividimos en dos grupos para entrar: el primer grupo era del 1 al 15 y el otro del 16 al 31. Primero entraron los del 1 al 15; diez minutos después entró el otro grupo.
En primer lugar vimos un video de diferentes etapas de vida en la cueva de Altamira y después nos enseñaron cómo la descubrieron. Fue de la siguiente manera:

Un señor que se llamaba Marcelino Sanz de Santuola estaba con su hija y su perro jugando cuando, de repente, el perro se metió en una cueva; fueron a buscarlo y dentro encontraron pinturas rupestres en el techo. La niña dijo: “mira papá, son bueyes” y el padre respondió: “no hija, son bisontes”.

Cuando terminó el vídeo entramos en la cueva.

Al entrar vimos un holograma en el que se explicaba cómo se alimentaban los hombres que allí habitaban: machacaban bellotas, nueces… con piedras para sacar el fruto de la cáscara y cómo fabricaban las armas picando piedra, por ejemplo, puntas para lanzas. En pequeñas pantallas se apreciaba cómo pintaban los bisontes. El guía que nos acompañaba nos iba explicando todo lo que íbamos viendo. A continuación el momento más esperado: vimos los bisontes, también había ciervos y caballos, pero la mayoría eran bisontes; estaban pintados en el techo por lo que de mirar tanto hacia arriba nos dolía un poco el cuello. Nos llamó mucho la atención cómo aprovechaban los salientes de las rocas para hacer la panza de algunos bisontes.
Lo siguiente fue una excavación en la que podíamos ver las diferentes capas que había en la tierra. Seguimos andando y llegamos al Museo. Nuestra profesora nos mandó un trabajo en el que teníamos que responder a una serie de preguntas que podíamos contestar fijándonos en diferentes lugares del museo.

Segunda parada: el zoo

Después de finalizar la visita al museo de Altamira, la siguiente parada fue el Zoo de Santillana del Mar. Al llegar los profesores nos acompañaron a la entrada y dijeron que les siguiéramos para explicarnos la hora y el lugar en el que debíamos encontrarnos para comer; una vez que habíamos quedado teníamos hora y media para recorrer el zoo hasta la hora de la comida, así que nos fuimos a visitarlo libremente.

El profesor de Naturales también nos mandó un trabajo que consistía en buscar el nombre vulgar y científico de 20 animales y 10 plantas. Estos aparecían en fichas que había al lado de cada animal o planta. Vimos gran cantidad de animales: el tigre, el guepardo, diversos monos, loros… Lo que más gracia me hizo fue un loro que te decía ¡hola! al pasar.
Había una sala llena de reptiles: camaleones, cocodrilos, serpientes, caimanes… y en la charca de un caimán había muchas monedas que tiraba la gente; otra con mariposas, arañas y todo tipo de insectos que se camuflaban entre las plantas.

Por culpa de la lluvia, tuvimos que aplazar la visita e irnos antes de lo previsto. Fue una pena porque lo estábamos pasando estupendamente.

 

Trabajo original