Reflexión sobre el cumplimiento de los derechos humanos en nuestra sociedad de dos alumnas del IES Santa Clara de Santander. Para ello parten del texto recogido en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y a la seguridad de su persona”.

Los derechos humanos, tanto tiempo para conseguirlo, ¿cómo lo agradecemos?
Durante años muchas personas lucharon por un sueño que se hizo realidad en el año 1948 con la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Artículo 3:

Todo individuo tiene derecho a la vida,
la libertad y a la seguridad de su persona

Así como escogimos este artículo podríamos haber escogido cualquier otro en el que nos plantearíamos la misma pregunta: ¿se aplica realmente?
Cada día nacen personas privadas de libertad que en teoría cada individuo posee.
Nobles, plebeyos, ¿pertenecen a la Edad Media?
Esa situación actual que existe entre los países desarrollados y subdesarrollados, ¿verdaderamente luchamos por erradicarlos? los empresarios más poderosos ubican sus fábricas en las zonas subdesarrolladas. Niños explotados para que nosotros podamos disfrutar de nuestra gran variedad de “zapatillas”, para que cada día podamos abrir el armario y elegir cuál de nuestras camisetas nos sentará mejor.
Una vez que hemos talado nuestros bosques buscamos nuevos retos más allá de nuestras fronteras. Arrasamos todo aquello que encontramos a nuestro paso sin importar qué ni dónde para lograr nuestros objetivos, poder, ambición y satisfacer la más mínimas de nuestras necesidades.

Globalización: está de moda. Pero, ¿quiénes disponen de los medios para acceder a cualquier parte del mundo?, ¿no somos acaso tan solo esos privilegiados que ocupamos un tercio del planeta?, ¿qué hay de los dos tercios restantes que a duras penas logra sobrevivir enfrentándose día a día a la sequía, la hambruna, las plagas y epidemias, además de las catástrofes naturales que parecen ensañarse con los más necesitados?, ¿qué podemos hacer nosotros para ayudar?

Aunque aparentemente no haya nada que podamos hacer, si todos queremos y nos unimos lograremos superar los problemas que se nos vayan planteando, consiguiendo así ese mundo en el que reina la igualdad y la libertad. Ese mundo inimaginable, como lo era el actual hace poco más de medio siglo en España.

Pero no sólo con saber que esto ocurre vamos a lograr acabar con este gran problema. No debemos luchar únicamente por nuestros derechos, sino enseñárselos para que ellos puedan luchar por los suyos, deberíamos darnos cuenta de que no se va a solucionar mandando dinero que cae en bolsillos de otros por el camino, sino concienciándonos todos y ayudándolos poquito a poco, creando escuelas, enseñándoles a salir adelante por si mismos y, por supuesto, eliminando toda deuda externa.
Podremos hablar de progreso cuando los derechos humanos se puedan aplicar a toda la humanidad; hasta entonces viviremos con la esperanza de que llegue a cumplirse este propósito.

Trabajo original