La parroquia de La Paz cumple años. Fue en 1922 cuando llegaron los religiosos de los Sagrados Corazones a Torrelavega, con más de cuarenta años de retraso respecto a sus hermanas, que lo hicieron en 1881, tras la expulsión de Francia de las Órdenes Religiosas. Los religiosos empezaron a dar clase de manera provisional en los locales de Emilio Revuelta, en la calle Pando, el 15 de septiembre de 1922, hasta que se acabó de construir el 1 de octubre de 1923 el soberbio edificio en La Llama, en cuya fachada se colocó la imagen de Nuestra Señora de la Paz tres semanas después.

La correspondiente capilla del colegio, en principio única y exclusivamente para uso y devoción de sus alumnos, se convirtió a mediados del siglo pasado en una parroquia que atendía espiritual y materialmente a un amplio sector del municipio torrelaveguense. Se la conocería con el nombre de La Capilla de los Padres desde su etapa al servicio de los vecinos en La Llama hasta su posterior y moderna etapa en la calle entonces Pando, hoy Padre Damián, donde en 1966 se construyó el nuevo edificio, obra de Francisco Coello de Portugal, con fachada de José María Subirach y declarado Patrimonio de Cantabria.

No sería hasta principios de la década de los ochenta (el 15 de julio de 1980), cuando podría ejercer este derecho de ayuda al prójimo de forma totalmente oficial, pues desde el principio se venía haciendo extraoficialmente. Esto sería posible gracias a Juan Antonio del Val, que en 1980 pidió a la Congregación de los Sagrados Corazones que fuese, junto con la Asunción y San José Obrero (Virgen Grande) otra de las parroquias en atender a Torrelavega.
Se le ofrecía entonces a la Congregación la posibilidad irrechazable de cumplir uno de sus objetivos, el de abrirse e implicarse en las necesidades de la sociedad, una sociedad que ronda las 3500 personas, y va en aumento debido a la presencia de nuevos edificios en lo que hasta ahora habían sido simples prados.

El primer sacerdote que se encargó de la parroquia Nuestra Señora de la Paz fue Luís Antonio Sada, que lo hizo entre 1980 y 1987. Desde 1988 y durante apenas un año, el párroco sería Jesús María Urio Ruiz. Nueve años estuvo José Manuel Belza Sagardoy, párroco desde 1990 hasta 1999. Manuel García Ripado haría lo propio entre 2000 y 2002. Los tres años posteriores ocuparía el cargo Antonio Vega del Riego, apreciado y querido entre los alumnos. Y la nueva “adquisición” del colegio se llama Aurelio Cayón Díaz, antiguo alumno, de otro lado. Ha empezado su andadura profesional este año, y esperamos que supere, o por los menos iguale, al padre Belza.

Fue el pasado 25 de septiembre cuando se celebraron las bodas de plata de nuestra parroquia, en un acto presidido por el obispo de Santander, Monseñor José Vilaplana, y que contó con la presencia de todos aquellos que en su día ejercieron como cabeza de esta comunidad.
Después de la Eucaristía de celebración, se reunieron en el hall todas aquellas personas que integran los grupos y realizan las actividades parroquiales, para tomar un aperitivo e inaugurar la exposición fotográfica que resume los veinticinco años y que pudimos contemplar durante todo el mes de septiembre.

Entre estas personas estaban los padres que asisten a la catequesis familiar, una enseñanza que después ellos transmiten a sus hijos, y que puede sustituir a la catequesis tradicional; también estaban los padres que acuden a catequesis bautismal, para aquellos padres que quieren bautizar a sus hijos; los niños que reciben la catequesis de Primera Comunión, y que se reúnen, junto con sus padres, una vez por semana (2º de Primaria, 1º año de Catequesis), semanalmente (3º de Primaria, 2º año de Catequesis) y una vez por semana, los domingos, y después, padres e hijos, participan en la Eucaristía (4º de Primaria, 3º año de Catequesis); los integrantes del grupo de catequesis de post-comunión, que se reúnen los sábados por la tarde y disfrutan de más actividades de tiempo libre; los alumnos de bachillerato que se preparan para la confirmación; el grupo de lectura creyente de la Palabra de Dios, que aprende sobre la Biblia, a la vez que la analiza y fomenta su lectura; el grupo de voluntarios de Pastoral de la Salud y de atención a enfermos, que visita y ayuda a enfermos y personas mayores; el grupo de vida ascendente, integrado por ancianos que se reúnen para orar, hablar de sus problemas personales y celebrar su alegrías; el grupo de Caritas Parroquial, que ayuda a pobres y marginados; las voluntarias que limpian la iglesia y los locales de abajo, y forman el grupo de limpieza del templo y locales parroquiales; los chicos del coro parroquial que, a ritmo de guitarra animan la misa de doce de los domingos y el grupo de animación de la liturgia, que prepara y anima las celebraciones religiosas.

 

Trabajo original