Si existe un continente desconocido, ese es Africa. Pocos conocen que en su amplio territorio formado por un puzzle de 54 países, cerca de 900 millones de personas hablan más de mil lenguas diferentes. El hambre, la pobreza y el sida mutilan el desarrollo en la considerada cuna de la humanidad. Una alumna muestra la cruda realidad.
Nosotros nos enteramos de lo que sucede en el mundo a través de los medios de comunicación. Cuando ocurre una tragedia como el huracán Katrina o el tsunami del Índico nos informan una y otra vez de lo que ha sucedido y parece que sólo está ocurriendo eso.
Todo el mundo se moviliza: los países ricos envían dinero, la gente colabora, los cantantes más conocidos organizan conciertos benéficos… En cambio, en África miles y miles de personas mueren cada día; sin embargo, esto no lo cuentan en los medios de comunicación frecuentemente porque no impacta tanto como una noticia en la que mueren muchas personas de repente. No vemos la trágica situación de todas esas personas, no vemos los miles y miles de niños que mueren cada día por el hambre, las epidemias… o quizás no queremos verlo. Los países ricos no toman medidas y nosotros no colaboramos. Creemos que la solución está en los gobiernos, pero también nosotros debemos ayudar.
Con esto en ningún momento quiero quitarle importancia al tsunami del Índico, ni al huracán Katrina, pero también es importante saber que en el mundo están sucediendo más cosas, quizás hasta mas terribles.
La situación actual de África
En los últimos meses, la confluencia de fenómenos climáticos adversos (sequías e inundaciones), la epidemia del sida, políticas gubernamentales polémicas y una débil estructura productiva, han provocado una profunda crisis en la África Austral.
Aunque la amenaza de la hambruna se debe en parte a la sequía, también ha contribuido a la situación actual las acciones de los gobiernos. Níger, Burkina-Faso, Mauritania, Malawi o Malí -integrados en la llamada región de Sahel-, están sufriendo una dramática crisis alimentaria, que afecta ya a más de nueve millones de personas.
Otro país considerado en peligro es Mozambique, donde centenares de millares de personas corren peligro inminente de morir de hambre si la comunidad internacional no se moviliza para suplir la dramática carestía. En Níger, por ejemplo, de las 2.700.000 personas que viven en una situación de crisis alimenticia, 900.000 se encuentran en condiciones extremadamente críticas y 90.000 en situación muy difícil. Las otras se encuentran en una condición de alarma que necesita un control constante.
La región de Sahel sufrió una extensa, en tiempo y tamaño, plaga de langostas a principio del 2004. Aunque se advirtió antes al “mundo rico” (cuando se descubrieron los huevos de langosta) de las consecuencias de una plaga que podría llegar a afectar a todo el continente, la respuesta humanitaria fue muy limitada. De los cultivos del Sahel sólo pudo entonces tratarse con pesticidas el 3% del total. Millones de langostas hicieron meses después un recorrido que tendría como resultado la ausencia de comida en la zona, la desestabilización posterior de los mercados, y el principio de un nuevo ciclo de crisis del que resulta cada vez más difícil salir. Además, cuando se solucione habrá dejado detrás millones de víctimas mortales, entre ellos muchos niños.
Pero si la sequía y las langostas están causando gravísimos problemas, la llegada de las lluvias podrían empeorar las cosas con un aumento de enfermedades como la malaria, el cólera, las diarreas o la hepatitis. Los más perjudicados por la hambruna y las enfermedades son los niños, como siempre la población más vulnerable. Lo peor, además, es que esas lluvias son muy necesarias, pues las esperanzas de muchos de estos países están puestas en la cosecha de este año 2005.
Otro gran problema para la población de África es la enfermedad del sida. Alrededor de un 60% de las personas infectadas por el virus reside en África. De todos estos enfermos, la mayoría están localizados en el África Subsahariana y, en la actualidad, los más afectados por la enfermedad en el continente negro son las mujeres. A diario, 3000 mujeres son contaminadas y 500 mueren de sida. Muchas de ellas quedan contaminadas antes de los 20 años. Además, las perspectivas de futuro no son demasiado halagüeñas. Entre un 30 y un 50 % de las embarazos que se producen en el continente conllevan la transmisión congénita. Los niños que nacen de esos estados de gestación tienen una esperanza de vida demasiado corta.
Otra de las enfermedades que afectan el continente es la malaria. Cada año alrededor de 500 millares de personas se contagian de la malaria, y, de ellas, unos tres millares fallecen. África es un continente enormemente afectado y registra alrededor de un 90 % de los casos conocidos.
Con todo, el auténtico drama de África sigue siendo el silencio: con muchas más víctimas que las que causó el tsunami en el sudeste asiático, el continente sigue olvidado, además de en los medios de comunicación y en la agenda estratégica de los gobiernos de los países ricos, en la conciencia solidaria de sus poblaciones.