La celebración de la fiesta de la Folía rememora una tradición que cuenta que un martes de Pascua en tiempos de la invasión sarracena, los vecinos de San Vicente de la Barquera vieron acercarse a sus costas una barca sin tripulación, sin remos, sin velas, sin timón y guiada por la imagen de la Virgen. Todos quedaron impresionados y la condujeron en procesión a la parroquia, donde depositaron la imagen en la capilla de San Vicente. Le construyeron un santuario en el lugar donde había arribado, poniendo como altar la roca que había parado la barca. En la bóveda de la ermita colgaron la embarcación.
La Folía es una fiesta de interés turístico nacional. Según la tradición, un martes de Pascua llegó al puerto de San Vicente la imagen de la Virgen de la Barquera, llamada así por venir en una barca sin remos ni tripulación.
La fecha actual de la fiesta es el primer domingo después del martes de Pascua con una marea por la tarde para la procesión, que se realiza por alta mar. El sábado de Folía la Virgen va en procesión desde su santuario hasta la iglesia parroquial. La fiesta comienza el domingo por la tarde. El Cabildo y todo el pueblo y autoridades llevan la imagen hasta el puerto.
Después es conducida por el mar a su santuario durante la pleamar. Allí las mozas cantan al son de sus panderetas, y los marineros embarcan a hombros a la virgen en una barca adornada.
Las canciones son los picayos, cantos que aluden a la patrona, interpretados por las mozas. Aquí tenéis una de esas canciones:
Sólo Dios pudo inventarla
Y sólo Dios sabe hacerla:
Por Santa María, Madre,
Madre y mar, barco y barquera.
Qué marejada de barcos
Y qué ciclón de banderas:
En medio –rosal de luces-
Ella, luz y rosaleda.
Qué sinfonía de gentes
Qué orgía de panderetas:
Qué alud de cantos y rezos
Por Ella, sólo por Ella.
El mar late como un niño,
Gime de gozo la tierra
La Folía… Sólo Dios
Pudo soñarla y hacerla.