Vamos a inventar un cuento entre todos. De forma encadenada, cada uno irá aportando su granito de arena, siguiendo el hilo de lo que otros vayan creando. Continúa la historia como más te guste.

El espadachín se dijo: ¿Dónde está la rana?De repente, se oyó una voz que decía: ¡La tengo yo! Entonces, el espadachín miró por la ranura de la puerta y vio al perro y a la rana marcharse. Les siguió pero no les pudo coger porque el perro había puesto una trampa. Si el espadachín pisaba un azulejo rojo caía directo al mar. El espadachín pisó sin querer el azulejo rojo y se cayó al mar.
Entonces, la rana y el perro se fueron al campo tranquilos a disfrutar de un día soleado.

CAPÍTULO 1

Érase una vez un espadachín, una rana y un perro. El espadachín era muy malo, la rana cariñosa y el perro bromista. Un día, el espadachín raptó a la rana. El perro, como era muy bromista, para salvar a la rana le dijo al espadachín: yo soy ladrón y te puedo dar mucho oro. El espadachín le contestó: tráeme mucho oro. El perro fue a la tienda de golosinas y compró diez mil monedas de chocolate y se las llevó al espadachín. Mientras el espadachín contaba las monedas el perro salvó a la rana. 

Trabajo original