Una clase de filosofía diferente en la que los estudiantes de 2º de Bachillerato del IES La Granja de Heras pasaron tres días en un albergue de Luriezo, en Cabezón de Liébana, realizando actividades relacionadas con la filosofía. La experiencia nos la cuenta uno de los estudiantes que participó en estas jornadas.
Erase una vez un profesor que, harto de probar toda clase de trucos para evitar que sus alumnos apsaran de la asignatura, quiso quemar el último cartucho a la desesperada y acabó proponiendo el viaje jamás soñado por un alumno. En un primer momento pensamos que era otra más de sus charlatanerías y estratagemas para captar nuestra atención, pero pronto la cosa comenzó a tomar forma y la gente se empezó a ilusionar. Eso fue lo más bonito, porque los alumnos de 2º estábamos ansiosos por disfrutar de unos días de libertad, cosa que no habíamos podido hacer en todo el bachiller.
Pero pronto comenzaron a salir las primeras dudas y algunas voces críticas y escépticas con la actividad, porque nadie confiaba en que aquel profesor llevaría realmente a cabo los planes con los que endulzó nuestros oídos.
A pesar de esto había un gran interés porque la actividad no fracasara, así que nos pusimos manos a la obra. Quedamos un par de días por la tarde y debatimos sobre la forma en que se deberían organizar las actividades. Perdimos también unos cuantos recreos pero, visto con perspectiva, la cosa mereció la pena. Se discutió sobre las actividades, se habló sobre el tema del dinero, del albergue, etc. Daba gusto, porque se respiraba muy buen ambiente y se veía a la gente ilusionada.
Aunque desde el principio quedó claro que todas las actividades estarían relacionadas con la Filosofía, nosotros insistíamos en tratar otros temas tabú, relacionados con la parte más lúdica y dionisíaca de la vida; permitidme que no entre en detalles que harían peligrar mi integridad física.
Al cabo de unos días un grupo selecto de valientes iniciábamos el viaje hacia Luriezo, un pueblecito de 48 habitantes, aunque nosotros sólo vimos a tres, situado a 745 metro de altitud, en el municipio de Cabezón de Liébana.
Cuando vimos el albergue nos quedamos un poco acojonados, porque nosotros pensábamos que iba a a ser una pocilga y la verdad es que estaba muy bien, ideal para desarrollar nuestras actividades. Aquello prometía.
Tras el primer contacto con el lugar, nuestros protagonistas empezaron a “adaptarse” a la situación y a preparar lo que sería la primera actividad filosófica del día: exponer las ideas de algunos filósofos a través de diálogos y dramatizaciones.
Un pequeño debate sobre el poder, seguido de la cena y, por fin, …¡el espectáculo! Y de eso sí que que hubo, dadas las condiciones en que subieron al escenario algunos de los actores. Pese a lo que pueda parecer, aquella fue una excelente alternativa a las interminables clases en el instituto y desde luego no dejó indiferente a nadie, pero por motivos de seguridad dejaré algunos nombres y circunstancias en el anonimato. Simplemente os diré que hubo personajes de todo tipo: desde la duquesa de Alba hasta Hitler, pasando por Kopotkin, Stalin, Blair, etc.
Las aventuras fueron de lo más imaginativas, desde la aparición de unos misteriosos monjes portando velas e incienso en la oscuridad, al ritmo de cantos gregorianos que acababan ahogados por el punk más irreverente, a un espectáculo de marionetas, entre las que había varias barbies, algunos filósofos y personajes de extraño parecer, como un tal “Pacopaco” y su colega “Pepe pepee”. Este fue el grupo que más alboroto causó, quizá debido a la “sobreactuación” de ciertos miembros de colectivo teatral, la mayoría de ellos mujeres. Su obra fue un auténtico desmadre, eso sí, no paramos de reirnos todo el rato con las barbaridades y despropósitos que emanaban de sus bocas. La historia tenía su lógica y el guión estaba muy trabajado, pero la representación fue auténticamente …”surrealista”, y la “chispa” de las actrices casi nos pasa de vueltas, ¡gracias Cristina! Esa actuación pasará a la historia, y no de la filosofía precisamente; nos dejó a todos un buen recuerdo y algunas de agujetas. Además nos vino muy bien para conocer mejor a algunas personas de clase, de las que desconocíamos su talento como intérpretes, y también para soltarnos un poco de cara al día siguiente.
¿La noche? Veamos …. Un grupo de juveniles fuera de casa…¿qué queréis que os diga que no estéis imaginando ya? …¡pues eso…!
Tras el plácido pero corto sueño llegó la Gran Aventura, el auténtico motor de la excursión: la recreación de distintos tipos de sociedades, desde las más primitivas hasta la actual, para intentar comprender las claves de su evolución.
La historia comenzó con una pequeña ascensión por el bosque y el reparto de diferentes territorios a los cinco clanes primitivos. Un sorteo sirvió para formar los grupos, que se pusieron de inmediato a construir sus viviendas con palos, piedras y todo lo que pudieron conseguir.
Se hicieron algunas competiciones para conseguir comida y bebida, pero mi grupo sólo pilló un bocata y un plátano. Con tan miserables recursos la cosa se ponía difícil; aun no os he dicho que todo esto iba en serio y que nos jugamos el quedarnos sin comer. Como así fue.
¿Qué podíamos hacer? Nos retiramos a nuestro territorio en las montañas, estábamos los cuatro decepcionados, pensamos en el suicidio como única salida, con inmolación colectiva incluida y cosas por el estilo, pero al final realizamos una terapia de grupo que nos aclaró las ideas: seríamos anarquistas.
Habíamos oído cosas ya en clase de filosofía sobre los anarquistas, pero ahora conocíamos un poco más sobre lo que lleva a la gente a pedir una sociedad comunista. Aunque vivíamos alienados y no teníamos comida, ni bebida, por otra parte nos sentíamos bien, porque no teníamos ningún conflicto con nadie y nos sentíamos muy libres a la hora de pensar y actuar. Nuestra actitud sorprendió a los demás, que no esperaban la aparición de un grupo con nuestros ideales. Los monitores comentaban que en nuestra zona se respiraba un aire de paz y relajación que invitaba a quedarse con nuestro inconfundible estilo hippie, nuestras caras pintadas, las florecillas en el pelo y nuestras proclamas de “paz y amor” y “no más sangre por bocadillos”.
Mientras, nos llegaban noticias de que los demás grupos eran imperialistas, que habían formado dos grandes bloques y que estaban inmersos ciontinuamente en terribles guerras. Nosotros, ataviados al estilo hippie, escuchábamos incrédulos esas noticias y empezamos a darnos cuenta de lo bonito y lo bueno que sería un mundo sin guerras ni atrocidades, un mundo igualitario como el que nosotros disfrutábamos. Me pregunto: ¿Por qué un hombre o un grupo reducido de hombres tiene que tener el control de los recursos, los medios de producción y la riqueza mientras que quienes producen esa riqueza, que son los trabajadores, en la mayoría de los países siguen sumidos en la miseria? ¡Milagros del sistema!
Más tarde comenzaron a llegar negociadores de los imperialistas que querían nuestra colaboración en complots, guerras, traiciones, etc. Pero nosotros estábamos en contra de laviolencia y nos mantuvimos al margen, pese a que para convencernos nos ofrecían alimentos. Era tentador para estómagos vacíos y fue duro rechazarlos, pero vimos muy claro cómo intentaban comprarnos. La final los dos bloques se pusieron de acuerdo para instaurar un sistema “democrático”, hicieron elecciones y uno de los dos bandos acaparó todo el poder. La presidenta electa decidió que bajáramos hacia el albergue, un nuevo escenario donde entraría en circulación la moneda (el doblón) y aparecería un régimen nuevo: el capitalismo.
Las injusticias y desigualdades del nuevo orden político nos llevaron a iniciar una etapa de lucha clandestina, organizando manifestaciones y revueltas que dieron con nuestros huesos en la cárcel en numerosas ocasiones. Pero un juez un tanto permisivo y corrupto permitió que la mayoría de las veces saliésemos indemnes de las acusaciones. Entraron en acción dos nuevos personajes que se infiltraron en el grupo anarquista, engañándonos totalmente, porque en realidad eran policías secretos al servicio del gobierno. Los acontecimientos darán un giro inesperado cuando la rpesidenta proclama un autogolpe para instaurar una dictadura, algo que tenían preparado desde que su grupo fingió aceptar el sistema democrático, y la primera de sus decisiones es encarcelar a los dos policías secretos.
A partir de aquí todo se complica y … a mi el espacio de la revista se me acaba. Además está bien dejaros con la intriga, sobre todo para no influir en posibles futuras ediciones de la actividad. Sólo os contaré que hubo otras, como una observación astronómica con telescopios de la luna, saturno y júpiter, una marcha de montaña y una película, y que a la fiesta de la segunda noche Sócrates la hubiera considerado como la “definición universal de juerga”. Ciertas lagunas mentales, junto con mi habitual discreción y natural prudencia, me aconsejan no entrar en detalles.
Como resumen de mis impresiones personales tengo que destacar el entusiasmo con el que todos se involucraron en la actividad, lo bien que se desarrolló, la cantidad de ideas interesantes que surgieron y, ¡ver para creer!: la gente, de manera más o menos consciente, se dedicaba a filosofar y discutir sobre teorías políticas, sobre la moral, sobre las ideologías ….
Pudimos ver la brutalidad y la codicia de algunos, los efectos absurdos de la guerra, de las desigualdades, la corrupción, la lucha por el poder, …etc. En mi opinión esta actividad es una experiencia valiosísima y una buena manera de hacer pensar a la gente, ya que lo que pasaba en el juego pasa a diario en este macro-juego que es el mundo real. Espero que nos haya servido para que percibamos lo importante que es ser consciente de lo que pasa en el mundo (esto último es para hacer feliz al profesor)
Fueron tres días de auténtica libertad, como en Woodstock’69: “Three days of peace, love and music”. Y, desde luego, el recuerdo más valioso de aquellos alumnos, de aquel curso, en aquel instituto….