Atrás quedó la época en que los cargos principales de las empresas estaban reservados solamente para los hombres; hoy, son las mujeres quienes escalan posiciones, deciden y dirigen las funciones de cualquier fábrica, pues dejaron de estar enclaustradas en sus hogares. Sus aspiraciones ya no estaban circunscritas a la creación de una familia, un hogar, sino hacia su realización profesional.
Aunque el camino hacia los cargos directivos no ha sido un lecho de rosas pues el machismo sigue hoy vigente en nuestra sociedad, se ha convertido en algo cotidiano, pues la superioridad ante las mujeres parece ser algo normal, a pesar de que muchas de ellas busquen la igualdad de género.
Hoy en día el salario de las mujeres es un 15% inferior al de los hombres realizando las mismas horas laborables, aunque hacia el sexo femenino en los últimos años ha mejorado considerablemente.
Y es que la mentalidad masculina también ha sufrido cambios en las últimas décadas. Son pocos los hombres que actualmente se casan con mujeres que no tengan una profesión o una actividad laboral; como también son pocos los hombres que dejan las tareas del hogar reservadas solamente para las mujeres.
Esperemos que en las próximas generaciones el machismo crónico existente finalice en su totalidad.