La difícil tarea de informar: sólo en febrero cuatro periodistas fueron asesinados en el mundo por cubrir informaciones, 25 fueron detenidos, 119 permanecen encarcelados y otros tantos fueron amenazados o agredidos por denunciar casos de corrupción. Los datos que arroja el barómetro de Reporteros sin Fronteras son más que elocuentes.

Paralelamente, 37 medios de comunicación fueron censurados en diferentes países. En Colombia, por ejemplo, fue asesinado Óscar Polanco Herrera, del canal de televisión CNC Noticias, por denunciar la corrupción local. Y en China, tres corresponsales, entre ellos el de France 2, fueron detenidos mientras realizaban reportajes sobre la gripe aviar.
Estos datos están contenidos en el barómetro mensual de Reporteros sin Fronteras relativo al mes de febrero, en el que también se incluye la suspensión en Irán de los dos grandes diarios reformistas, Sharq y Yas-é-no, así como el hecho de que en Haití los partidarios del presidente Aristide tomaron como blancos a siete periodistas. Según el barómetro, de los 191 Estados miembros de las Naciones Unidas, la situación de la prensa es correcta en 83, difícil en 90 y muy grave en 18 países.

Por otra parte, 2003 fue un año negro para la libertad de prensa. Mataron a cuarenta y dos periodistas, fundamentalmente en Asia y Oriente Medio, a causa de la guerra de Irak. Los restantes indicadores también están en alza: detenciones de periodistas, agresiones, amenazas y censuras aumentaron de forma alarmante.

RICARDO ORTEGA, LA ÚLTIMA VÍCTIMA

Ricardo Ortega, periodista de Antena 3 y ex corresponsal de la cadena en Nueva York, ha fallecido el 7 de marzo a los 37 años tras ser herido de bala en un tiroteo cuando informaba sobre la crisis política en Haití. Ortega había cubierto numerosos conflictos armados, como los de Chechenia, Afganistán o Sarajevo.

Cuando la revuelta popular contra el presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, estaba en plena ebullición y él disfrutaba de una excedencia en EEUU, llamó a la redacción en Madrid y se ofreció a cubrir el conflicto. Desde allí informó de una revuelta popular de la que apenas llegan imágenes a las televisiones de nuestro país, causando de nuevo la admiración de numerosos compañeros, sobre todo cuando logró enviar una pieza entera grabada con su cámara mini-DVD.

Antes de ser informador, sin embargo, fue ingeniero nuclear en Moscú, adonde viajó con 18 años para estudiar Física.

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