Un año después del hundimiento del petrolero ‘Prestige’ en aguas de Galicia, las consecuencias del vertido de fuel aún son visibles en el Cantábrico. Los alumnos nos recuerdan qué ha significado esta marea negra en nuestras vidas.

UN AÑO DESPUÉS DE LA TRAGEDIA
Por Katia Jiménez Losa. Alumna de 4º C.

La noticia llegó a nosotros el 13 de noviembre de 2002: un petrolero se hallaba a la deriva frente a la Costa da Morte. Se habló del peligro que esto ofrecía, ya que el barco no tenía doble casco, como es reglamentario, pero no nos dimos cuenta de la magnitud del problema hasta que 3 días después el barco se hundió en el fondo del mar.

Desde entonces las consecuencias producidas han sido numerosas y como cabe esperar, negativas. Los medios de comunicación se hacían eco del desastre: vimos las primeras imágenes de las playas gallegas cubiertas de fuel, y de los sacrificados » chapapoteros » limpiando las rocas, un trabajo inútil, ya que después de una dura jornada de trabajo, seguía llegando más fuel. Días más tarde, el petróleo llegaba a las costas asturianas, cántabras, vascas y a una pequeña parte de Francia y de Portugal, y esas escenas se repetían.

El sector pesquero ha sido muy castigado por la catástrofe; los pescadores no podían salir a faenar, y como consecuencia perdieron mucho dinero. Actualmente, una cofradía gallega ha ideado un proyecto que busca acercar al turista al mundo marinero, algo que sin duda les aportará beneficios.

La vida marina y las aves también han quedado muy afectadas, incluso algunas especies se ven en peligro de extinción. Casi un cuarto de millón de aves han sido dañadas.

Este verano nosotros mismos hemos podido comprobar los daños causados por la marea negra, sobre todo al ir a las playas menos frecuentadas, cuyas rocas parecen estar asfaltadas mejor que algunas carreteras. Pienso que los gobiernos de las regiones afectadas deberían ocuparse también de esos lugares menos transitados, y no sólo de lo más «visible» o destacable de las ciudades.

No se sabe exactamente cuándo se producirá la recuperación total del desastre, pero debemos confiar en que lo ocurrido sirva de ejemplo en casos similares y que se actúe con rapidez y eficacia.

EL ‘PRESTIGE’
Por Lorena Navarrete Fernández. Alumna de 4º C.

Se cumple en estos días un año del hundimiento del Prestige en costas gallegas.
Según el gobierno está todo solucionado y las playas vuelven a estar como antes del hundimiento, pero yo me pregunto: ¿Habrá ido algún miembro del gobierno a la costa del Norte en este año? Parece que no, porque las playas están MÁS o MENOS LIMPIAS pero si te vas a algún acantilado la limpieza no se encuentra por ninguna parte, está todo lleno de fuel asqueroso y pegajoso, que por culpa de ALGUIEN (me abstengo de decir el nombre, pero todos sabéis a quien me refiero) no podemos disfrutar de nuestras maravillosas playas.

Yo no sé muy bien lo que exactamente pasó hace un año pero lo que si se es que la gran parte de las consecuencias que ha tenido esto se hubieran podido evitar.

Porque no solo me estoy refiriendo a las playas, también a los pobres pescadores que no han podido salir a faenar en una buena temporada y al mar, que se ha visto contaminado de forma descomunal; muchas especies necesitarán varios años para recuperarse, aunque estén gran número de biólogos y voluntarios haciendo todo lo posible para que en poco tiempo vuelva a haber las especies de antes en las mismas cantidades de antes pero eso es Misión Imposible 3.

En resumen:
Este acontecimiento tan importante y desastroso ha hecho que muchas vidas (tanto de personas como de animales) hayan empeorado de manera considerable y ahora tengan que vivir las consecuencias de un conjunto de grandes fallos.

EL ‘PRESTIGE’ UN AÑO «NEGRO»
LA MAREA NEGRA CONTINÚA EN NUESTRAS PLAYAS
Por Alejandra Palazuelos Llagüez. Alumna de 1º de ESO

Eran las 15:15 de la tarde del 13 de noviembre de 2002 cuando el petrolero Prestige, que estaba situado frente a la costa gallega, lanzaba una llamada de S.O.S (socorro) alertando de sus dificultades para mantenerse a flote. A la deriva durante 6 días, acabó por hundirse originando una catástrofe ecológica y social sin procedentes en nuestra historia hasta el momento.

Ha pasado un año y la catástrofe sigue viva en todas o casi todas las playas de las costas gallegas, astures, cántabras, vascas y francesas.

«Y tal día como hoy… hizo una año el pasado 13 de noviembre del 2003», se sigue recibiendo este fuel llamado de muchísimas maneras: galipote, chapapote, pichi, fuel, petróleo…etc. Nuestras playas están muy perjudicadas por este desastre, pero la gente ahora se queja cuando ya ha ocurrido, pero como dice aquel refrán «Nunca valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos». Esto ya no basta para parar el daño ya hecho.

¿Quién tendrá la razón?, yo no sé quien la tendrá, sólo sé que soy una niña del IES Las Llamas y que mis playas preferidas están invadidas por esa masa viscosa, cancerígena, y qué, según las previsiones, seguiremos recibiendo durante los próximos 15 años, así que cuando llegue el verano todos los habitantes de Cantabria, cuando salgan de darse un baño en nuestras bellas playas tendremos que estar pendientes de si tenemos chapapote en los pies, las manos, la espalda, las rodillas, etc…

Mi tierra y todas las provincias perjudicadas, los que en ellas vivimos, estamos muy entristecidos porque nos quedarán 14 o 15 años con esta desgracia. Con mi mensaje quiero ser la portavoz de mi tierra para dar las gracias a todas aquellas personas que han trabajado ayudando a limpiar nuestras playas y las de todo el mar Cantábrico, gracias a todos los voluntarios por trabajar sin descanso, gracias por que habéis conseguido limpiar prácticamente toda la costa gallega y gracias por haber salvado a nuestros peces: mejillones, sardinas, chicharros, pulpos, nuestros pescados…

Desde un pequeño corazón de Cantabria: Gracias. Y esperemos que esto no se repita Jamás.

NUNCA MAIS – NUNCA MÁS

Trabajo original