La pena de muerte es una forma de hacer justicia y sentir odio. Justicia, porque la gente que mate, tiene que ser juzgada y aplicarla la pena de muerte. Odio, porque la familia de la víctima ha perdido a un ser querido.
Yo estoy en contra de esta pena, ya que se pueden equivocar. Si nosotros matamos a una persona culpable, nos estamos poniendo a su altura. Por eso hay que buscar una ley donde se encuentren los derechos del acusado y de la víctima.
Por ejemplo: una ley donde el acusado pague por el delito que haya cometido.
También, que la familia del acusado, y la familia de la víctima no se odien. Que la familia de la víctima sea indemnizada por el dinero de que disponga el acusado.
Las personas que tengan en sus manos aplicar la pena de muerte, que dicten unos 20 años para buscar más pruebas y saber si la persona acusada está arrepentida y así saber si sería capaz de pedir perdón a la familia de la víctima.
También tiene que haber mejores cárceles, donde las personas acusadas se vean más integradas en la sociedad.
Cárceles donde los presos arrepentidos sean integrados poco a poco. Por ejemplo, llevarles a conocer gente y buscarles trabajo. Así la sociedad se dará cuenta de que los presos arrepentidos son iguales que nosotros.