Sierra-Elsa es un pueblo del municipio de Cartes históricamente ligado a la minería. Celebran la festividad de San Lorenzo y la de San Cipriano.
Mi pueblo se llama Sierra-Elsa y es del municipio de Cartes. Más que pueblo, estamos un poco dispersados. Sin embargo, me gusta cómo está. Arriba hay una iglesia que en el siglo XIX se incendió y la tuvieron que arreglar. Al lado de ella se puede observar que hay un pequeño barrio de casas. Todos estamos rodeados de monte.
Los pueblos más cercanos son Bedicó y Mercadal. Las casas, por ejemplo la de mi abuela y la de su hermano, son grandes y antiguas. Aunque la de mi abuela se ha modificado a lo largo de los años. Mi casa, que tiene diecisiete años, es de ladrillo vista y está rodeada de pinos. Tiene planta baja y buhardilla. La de mi tío Roberto es más nueva, por lo menos de ocho años.
La costumbre era que los hombres trabajaran en la mina de Reocín o de Mercadal sacando mineral o bajando a la tierra en el pozo. Normalmente eso lo hacían los hombres, por ejemplo mi abuelo. Las mujeres trabajaban en la casa cuidando a los hijos, lavando en los lavaderos e incluso, cuando llegaba el marido, arreglaban las vacas o iban a segar y cortar hierbas.
Ahora mi pueblo se va a hacer un poco más grande porque tienen pensado construir dos casas. Y eso me alegra.
La fiesta es el nueve y el diez de agosto, se llama San Lorenzo, como la playa de Gijón. El problema es que ya no va mucha gente porque este año ha coincidido con el concierto de David Bustamante y con las fiestas de la Patrona. Pero la gran fiesta es San Cipriano (dieciséis de septiembre). Lo mejor es ir en cuadrillas de amigos y familia, ir andando por el monte y pasar el día. Mis amigas son Laura y Beatriz; ambas son mis primas segundas. Laura tiene quince años y Beatriz doce; juntas vamos al instituto de Viérnoles.
Para conocer mi pueblo no hay que describirlo sino verlo.