El saneamiento del Saja-Besaya, lejos de ser una solución eficaz al problema existente se ha convertido, quizá, en un impacto mucho mayor para el medio ambiente.

El río Saja-Besaya necesitaba desde hace tiempo una serie de medidas correctoras urgentes con el fin de paliar la contaminación que afecta a su curso bajo. Las fábricas existentes en los márgenes del mismo, vierten indiscriminadamente sus residuos altamente contaminantes sin ningún tipo de tratamiento. Además, muchas de esas empresas, lejos de buscar soluciones a esta problemática, prefieren abonar las multas por contaminación antes que tomar medidas ante este fenómeno, ya que a corto plazo les resulta más rentable.

En consecuencia, ante esta falta de iniciativa, ha sido el propio Gobierno regional el que ha decidido la construcción de una planta depuradora en las marismas de La Junquera, en Cortiguera, que ha infligido unos daños muy severos sobre el medio.

El reinicio de las obras de relleno y destrucción de las marismas de Cortiguera supondrá un enorme coste ambiental y económico para Cantabria, a parte de las consecuencias penales que pueda acarrear a los responsables.
Las marismas de Cortiguera se caracterizaron, antaño, por una amplia gama de especies tanto animales como vegetales. Las comunidades vegetales que pueblan este humedal se distribuyen en distintos habitats atendiendo a las mareas.

Las especies más representativas son la zostera (forma las praderas de mar), la espartina (en zonas encharcadas), la salicornea y la suaeda (comunidades suculentas), el carrizo, el cirpo y sobre todo el junco que da nombre a estas marismas.

En el período en el que el núcleo industrial torrelaveguense no estaba tan desarrollado, la importancia faunística de este ecosistema era principalmente ornitológica, un espacio de zona de invernada y migración: la espátula común, garceta común, garza real, el cormorán grande, alcatraz atlántico y otras aves migratorias.

¿QUÉ FUTURO DEPARA A LAS MARISMAS?

A día de hoy, podemos afirmar que llevan camino de convertirse en un complejo sistema de tuberías. Éste proyecto, que se ha presentado como uno de los más ambiciosos para el saneamiento de la Ría de San Martín, conlleva el relleno de 87000 metros cuadrados de las marismas, para instalar la Estación Depuradora de Aguas Residuales.

Es ahora cuando nos preguntamos si merece la pena el saneamiento del río a costa de la marisma y del ecosistema que conforma. La mayoría de las instituciones consideran el proyecto un gran avance medioambiental, sin embargo numerosas asociaciones ecologistas como ARCA (Asociación para la defensa de los Recursos naturales de Cantabria), afirman que «El relleno y desecación de las zonas húmedas sigue siendo una realidad cotidiana e impulsada por el pésimo ejemplo que ofrecen las distintas Administraciones Públicas». Y que «El cerco urbanístico que sufren los humedales, por no haberse delimitado sus áreas de influencia, constituye una grave amenaza para la supervivencia de su delicado equilibrio ecológico».

Por tanto mostramos nuestra disconformidad ante la localización de dicha planta de depuración de aguas residuales, ya que supone la amenaza y casi total destrucción del entorno en el que se pretende situar, apoyando por el contrario, un proyecto que favorecerá en gran medida los intereses de Cantabria.

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