Los alumnos de 2º de Bachillerato realizamos una visita a la Casona de Tudanca el 23 de abril para celebrar el Día del Libro. El motivo de esta visita era rendir un homenaje al premio Nobel Camilo José Cela, recientemente fallecido, en un acto organizado por la Consejería de Cultura de Cantabria. A través de la lectura de su primera novela La familia de Pascual Duarte, recordamos a uno de los autores más representativos de la literatura española de todos los tiempos.
Esta novela está íntimamente relacionada con la Casona de Tudanca. José María de Cossío, gran aficionado a la lectura y amigo de Cela, pasó algunas temporadas en esta casa. Cossío había recibido el manuscrito original de la novela como agradecimiento por el apoyo que brindó a Cela en la publicación de la misma. Tras la muerte de Cossío, el manuscrito de Cela, así como el resto de las reliquias literarias que acumuló durante una vida dedicada a la cultura, fue legado a la Diputación de Cantabria, que transformó la casa en un museo.
Cela quiso recuperar el manuscrito de su primera obra y a cambio se comprometió a realizar una segunda copia de su puño y letra, que es la que se conserva actualmente en la casa y que nos mostraron al llegar al museo.
En la breve visita por el interior de la Casona pudimos apreciar el valor de las pinturas, escritos y otros objetos relacionados con personalidades de la cultura del siglo XX.
Nos informaron de la llegada de Marina Castaño, viuda del escritor, y tras una pausa se inició el homenaje a Cela. Una grabación con la voz del Nobel abrió el acto y posteriormente Marina Castaño inició la lectura pública de la novela. Diversas personalidades como el delegado del Gobierno, Alberto Cuartas, el consejero de Cultura de Cantabria, José Antonio Cagigas, o la hija del poeta Gerardo Diego, colaboraron en la lectura que duró toda la mañana.
Nosotros por nuestra parte, tratamos de leer, con la corrección que exigía la celebración, y seguimos con atención las diferentes intervenciones. Al finalizar la lectura, el consejero leyó una carta en la que Camilo José Cela Conde, hijo de Cela, excusaba su ausencia y reflexionaba sobre la trascendencia de la novela que «lo fue todo» para su padre.
Finalmente, el señor consejero agradeció su presencia en el acto a todos los asistentes, resaltando la necesidad de que las nuevas generaciones se familiaricen con la cultura. Como el día se merecía, nos obsequiaron con un libro, Cartas de Miguel Hernández a Cossío.
Desde luego, fue una jornada para nosotros imborrable. Aparte del magnífico día y del estupendo paisaje, la experiencia cultural sirvió para revivir un 23 de abril como pocos de los que hemos vivido hasta ahora.