pero por nuestros padres
ni siquiera vernos podemos.
cuando rozas mi cara, mis labios,
y me mimas,
que todo desaparece:
Tiempo, lugar y gente.
¿Dónde estás?
No te encuentro.
Si supieras…
¡Cuánto te echo de menos!
es como un árbol sin hojas,
un libro sin páginas
y, sin alas, una mariposa.
Porque tú eres lo esencial,
mi mayor alegría,
y sin ti, en la soledad
yo estaría hundida.
No sé si lo podré superar
y aunque no podamos vernos más ya,
puedes cerciorarte
de que nunca te podré olvidar.