Un alumno del IES Santa Clara de Santander comparte en Red-acción sus poemas.
1
¿Alguien desea hacer de los ángulos
los bordes suaves de un
precipicio helado?
Caer pero no caer,
nadar en los bloques congelados de la verdad.
Recoger una a una las palabras sencillas
Y comprender en un poema
Lo absurdo, lo trágico, sus medios y su final.
Caer pero no caer, sólo resbalar.
Yo nací en medio de esta isla
Que perdió los latidos del mundo.
Y en tus ojos de lluvia
Crecí hasta alcanzar mi altura y mi destino
2
Yo nací en medio de esta isla
que perdió los latidos del mundo,
todo lo que he pensado ha sido mío,
días en que la lluvia me robaba el silencio,
tardes en las que mi calma eran mi bien y mi alimento,
noches en las que hacía de mi alma un vacío
y de mis manos opacas
la respuesta ante la forma y el fondo
que el tiempo siempre argumenta.
He sentido caer las hojas de los árboles
que viven y mueren
sobre mi espalda de agua,
y he visto en los colores la auténtica verdad.
3
Conservo la voz que nació conmigo y el color del universo rojo.
Busqué en las líneas finales del cielo
unas manos que llenaran las mías,
con el único fin de mezclar mi alma y la tuya,
volver de nuevo a nacer
debajo de este árbol que deja sin espalda
sus hojas de metal,
correr, caminar y sembrar el mundo rojo
de nuestra sangre,
con el único fin de eternizar la vida.
Olvidaremos el fuego, el silencio, los sueños,
la noche, los perros que guardan su ladrido,
las flores tibias, los peces, las laderas,
los barcos que van y vienen,
el sentido, los climas y las lagrimas heridas,
olvidar para crear,
crear para unir.
4
Qué importa lo que pinte o sueñe
si cada vez que cierro los Ojos soy uno menos.
Todos los días se abre en mi pecho una pequeña ventana por
la que dejo escapar el aire de la nueva mañana
y me pregunto;
¿Quién anuncia el mes de las flores?, si sus pétalos cayeran
hoy sobre la tierra,
con su luz y con su carne
tejería un manto de texturas y colores infinitos
y a mi corazón otorgaría el arte de amar en silencio.
La infinidad del universo tiene el defecto
de conservar las sombras de lo que se va yendo,
cómo las estrellas que en los valles de la noche dejan su aliento,
lejanas, mudas, perfectas.
Todo lo que quisiera hacer es encontrarte dentro
y fuera de mí,
dentro del aire, de la brisa, del viento,
dentro de lo que esté fuera,
dentro de un rato,
dentro del mundo que me he pintado,
dentro de lo que esté a un lado,
dentro de la palabra SIEMPRE.