Sentir en vivo y en directo el mundo del teatro por primera vez despierta muchas sensaciones desconocidas en el espectador. Alumnos de dos centros educativos de Cantabria se desplazaron desde Los Corrales de Buelna y Castro Urdiales hasta Santander para asistir a la representación de El misterio bufo de Darío Fo, dirigida e interpretada por el actor cántabro Rafael San Martín.
Estas son sus impresiones.

SALIDA AL TEATRO
Por Alexandra Peña Lebrato, alumna de 3º de ESO del IES Estelas de Cantabria de Los Corrales de Buelna.

Salimos del colegio a las 9,30 horas, tras haber dado la primera hora de clase, subimos en varios autobuses y marchamos hacia Santander.
El autobús fue bastante tranquilo, porque era temprano y todos teníamos aún los ojos entreabiertos y no muchas ganas de juerga. Ya en Santander, y acompañados por el tiempo, nos adentramos en el teatro, que en realidad era el salón de actos de la Escuela Superior de la Marina Civil.

Nos sentamos alborotadamente como pudimos y comenzó el espectáculo. Al principio de cada acto nos informaban sobre el título, época, etc. Yo no me enteré de mucho a causa del alboroto, pero cuando el actor, Rafael San Martín, cruzó la puerta situada al fondo del escenario todo el mundo se calló.

El actor empezó interpretando todos los papeles. La obra El misterio bufo, que consta de cuatro actos, fue magnífica y todo el mundo susurraba al compañero, entre carcajadas, lo bien que lo interpretaba y lo gracioso que era. Al final de la obra todos salieron de estampida a la calle, ya que nos dejaban una hora más o menos libre para dar una vuelta por Santander.

A continuación, y tras una hora de autobús, llegamos al instituto ya no con tanta alegría, porque teníamos que dar la ultima hora. Y así finalizó la salida al teatro.

 

MISTERIO BUFO
Por Lara Écija. Alumna de 1º Bachillerato Tecnológico del IES Zapatero Domínguez de Castro Urdiales.

El pasado 6 de Noviembre salimos de Castro Urdiales a las ocho y media de la mañana dirección Santander para ver una obra de teatro. Una vez allí dimos una vueltecilla antes de entrar en la sala, que estaba dentro de la Escuela Superior de la Marina Civil.

Fuimos entrando y acomodándonos mientras escuchábamos una música de fondo. Hechos los comentarios típicos –qué grande…; no me gusta…; cuando fui a no se dónde…-, se apagaron las luces y comenzó la función.

Tras una breve presentación del actor que iba a representar la obra, escuchamos una introducción que nos ambientaba en cada una de las historias: «Moralidad del ciego y el tullido», «Las bodas de Canaá»,«El nacimiento del juglar» y «La resurrección de Lázaro».

La mayoría de las opiniones coincidieron en que la más bonita es la del «Nacimiento del juglar», que trata de un hombre que pierde a su familia por rebelarse al señor feudal y de cómo Jesús evitó su suicidio y le convirtió en juglar para que contase las injusticias al pueblo. Pero eso sí, las cuatro tenían un cierto tono humorístico, que soltaron las risas de todos.

Tras pasar un buen rato en el teatro, hicimos una ruta en el autobús viendo las facultades, paramos en El Sardinero a tomar un tentempié y, en torno a las dos de la tarde, llegamos a casa justo para comer.

Trabajo original