Resemblance cuenta las aventuras de un niño aficionado a la lectura que se alía con palabras huidas de un libro al ser maltratadas por la más larga, que además, les hablaba en francés. La odisea de Héctor le ha proporcionado a su autora el segundo premio del Concurso de Narrativa del centro.

Érase una vez un día de verano, un niño llamado Héctor estaba en su habitación después de un largo día de playa. Estaba descansando encima de la cama leyendo un libro de aventuras. Después de estar dos horas leyendo se dio cuenta de que había páginas que no tenían sentido porque les faltaban palabras. Empezó a pensar dónde podían estar, pero no se le ocurría nada. Entonces dejó de leer y se fue a merendar.

Después de la merienda salió del pueblo con sus amigos, pero tenía que volver pronto porque si no limpiaba su habitación antes de dormir sus padres le castigaban.
Mientras limpiaba su escritorio oyó una voz que le dijo: «¿Qué haces?». Ël empezó a mirar por todas partes, pero no veía nada. Miró para arriba y vio que en el techo ponía en letras «ES«. Él no sabía de dónde había salido eso porque él no lo había puesto, entonces oyó decir a esa palabra: «He salido de tu libro de aventuras con otras muchas palabras».

Héctor estaba sorprendido y se asustó mucho. Cuando recobró el aliento estuvo hablando con todas las palabras que se habían escapado y ellas le contaron que se habían ido porque la palabra más larga del libro las maltrataba y les hablaba en francés. Entonces Héctor les dijo que les ayudaría a acabar con esa palabra. Hicieron de todo: la pisaron, la insultaron … pero nada, hasta que un día se les ocurrió que podían meter a Héctor en el libro para que la cogiera y la pusiera en un libro de su lengua. El único problema que había es que para entrar en el libro había que pasar una serie de requisitos.

El primero era ser una persona o palabra cuyo nombre tuviera más de cuatro letras. El segundo era ser menor de edad. El tercero era tener una estatura mayor de un metro sesenta centímetros. El cuarto era ser un buen estudiante y el quinto, y último, era que fuese un gran lector.

Héctor cumplía todos los requisitos, excepto el tercero porque él no era más alto de uno sesenta, pero «ES» le dijo que cuando le fueran a revisar se pusiera unas plataformas. Héctor no iba muy convencido porque lo podían notar y nunca más podría entrar en un libro, pero se arriesgó y entró. Cuando las demás palabras le vieron entrar se alegraron mucho y le aplaudieron.

Héctor fue adonde la palabra más larga que era Resemblance y estuvo hablando con ella . La hizo sentirse tan culpable que decidió no hacer nunca más cosas malas y pedirles perdón a todas las demás. Desde ahora todas son muy amigas y ninguna es más importante que las otras. Todas las palabras querían tanto a Héctor que cada fin de semana, si no tiene deberes, las va a visitar. La palabra Resemblance, que significa parecido en español, se fue a su libro en francés.

Cuando Resemblance llegó a su libro en francés titulado Incroyable las demás palabras no se alegraron nada al verla de nuevo ya que su huída había provocado una invasión de termitas por el hueco que había dejado en su libro y estaban empezando a comerse las demás palabras; además se habían alegrado mucho de su partida porque era muy agresiva y antipática con las demás. Resemblance se empezó a preocupar mucho por la desaparición de algunas de sus amigas a causa de las termitas.

Con mucha pena decidió recomponer el libro, ya que ella había provocado el desastre, con ayuda de las palabras del libro español donde las acogieron durante la reparación. Resemblance se puso muy contenta y agradeció su colaboración. Las palabras francesas se pusieron muy contentas al oír la noticia y decidieron buscar palabras amigas de otros libros escritos en otros idiomas para hacer todas juntas un libro en esperanto.

 

Trabajo original