Un grupo de alumnos del IES Jesús de Monasterio de Potes ha conocido de cerca las actividades del Proyecto Amica, nacido con los objetivos de incorporar en el mundo laboral a las personas con discapacidad así como mejorar su calidad de vida.

El viernes 11 de abril nos acercamos a Santander para conocer dos centros del Proyecto Amica. Esta es una asociación cántabra de padres y madres, la cual se creó con el objetivo de formar a personas con discapacidad para su posterior incorporación en el mundo laboral.

Primero visitamos el centro Entorno, donde se fijaban más en el aspecto laboral de este asunto, enseñando a las personas con discapacidad unos hábitos de trabajo como la puntualidad, higiene en el trabajo, buena relación con los compañeros, etc.

En este centro, entre otras cosas, aprendimos la diferencia entre discapacidad, minusvalía y deficiencia. Las personas que allí se encontraban mostraban mucho interés, a pesar de lo que podíamos pensar en un principio. Se les veía muy entusiasmados con lo que hacen y muy bien integrados. Aquí aprendimos la gran falsedad de los tópicos que rigen el día a día sobre estas personas y la certeza de que haciendo las cosas bien se les puede integrar en la sociedad perfectamente.

Cuando acabamos la visita al centro Entorno visitamos el centro de día Sotileza. Aquí la gente sólo permanecía durante el día, pero dormían en casa. El objetivo de este centro es conseguir que las personas con discapacidad tengan una mejor calidad de vida a través de mejorar su autonomía en los hábitos diarios y su capacidad de valerse por sí mismos, lo que les da más libertad a ellos y a sus familias. Se trabajan cosas como ser capaz de moverse por sí mismos, prepararse la comida, hacer transferencias (de la silla de ruedas a la cama o al water), aprender a comunicarse… Nos sorprendió la facilidad de, con pequeños detalles, facilitarles la vida a estas personas, haciendo cosas como poner las mesas más altas para que entren las sillas, poner plato de ducha en vez de bañera, etc.

Aquí aprendimos que es una tontería discriminar a estas personas ya que todos podemos llegar a tener una de estas discapacidades por un accidente de coche o, simplemente, por llegar a ancianos.
Este día de visitas nos ha servido para darnos cuenta de que las personas con discapacidad son personas normales como cualquiera de nosotros y que, con un poco de ayuda, pueden ser capaces de realizar la mayoría de las actividades. Estas personas se merecen una calidad de vida igual que la de los demás.

Hay personas sin ningún tipo de discapacidad por el mero hecho de que no les gustan o no pueden. Debemos ayudar en todos los sentidos a estas personas y agradecer a los voluntarios la labor que llevan realizando durante años.
Podemos decir ahora con propiedad que porque una persona tenga discapacidad no tiene por qué ser inútil, sino que se enfrenta a la vida de una forma distinta.

Trabajo original