Si 2005 fue el año de El Quijote, este 2006 es, sin ninguna duda, el año Pereda. El uno de marzo se ha cumplido el centenario de la muerte de este popular autor realista y costumbrista nacido en Polanco en 1833. Periodista, escritor, político, académico, amigo de Marcelino Menéndez Pelayo y de Benito Pérez Galdós, Pereda está considerado el ‘padre-fundador’ de las letras modernas en Cantabria.

José María de Pereda y Sánchez Porrúa nació en Polanco el 6 de febrero de 1833, momento en el que tiene lugar la sucesión al trono de Isabel, cuya designación iba a ocasionar la más importante guerra civil del siglo XIX.

El traslado a Santander con sus padres le pone en contacto con la ciudad y le presenta un panorama urbano y portuario completamente diferente al de sus primeras vivencias infantiles en Polanco. Tras cursar sin brillantez sus estudios de bachillerato, Pereda decidió ingresar en la Academia de Artillería de Segovia, para lo que se trasladó a Madrid.
La verdad es que el ambiente de Madrid y la vida estudiantil de tertulia en el café La Esmeralda, los bailes y el teatro fueron para él una tentación insuperable, que le inclinó más por la vida social, el teatro y las fiestas, que por la del estudio. Años más tarde, al referirse a esta etapa de su vida, diría que comenzó en Madrid «una carrera científica que no concluí por falta de vocación para ello».

Su vuelta a Santander no había sido nada afortunada, ya que regresaba con el fracaso en los estudios y en 1855 moría su madre. Esta desgracia familiar y el contraer el cólera le tuvieron postrado y con gran desánimo. Tras el fracaso en sus estudios, Pereda se plantea su futuro. Lo que a él le gustaba en realidad era escribir y la oportunidad se le presentó al aparecer en Santander el diario La Abeja montañesa. Sus primeros escritos suelen ser anónimos, firmados por la inicial de su apellido o con el pseudónimo Paredes. Por lo general, se trata de artículos de crítica teatral, colaboraciones de carácter costumbrista o sobre la vida local. Aunque su valor literario era escaso, le sirvieron para reconocer los temas que luego empleará en sus libros y que evidencian la gran afición de Pereda por el teatro.
Dentro de esta etapa periodística coinciden sus tentativas en el campo teatral con obras cómico-líricas de carácter costumbrista.

En 1871 participa en política apoyado por sus amigos, que le animan a presentarse como diputado carlista por el distrito de Cabuérniga. Una serie de circunstancias favorecieron el que saliera elegido por escaso margen.

Su participación política en Madrid le sirvió para darse a conocer, ampliar sus amistades y para darle una experiencia en la mecánica electoral. Al cesar sus actividades políticas en Madrid deja de escribir. El estímulo de sus amigos Marcelino Menéndez Pelayo y Gumersindo Laverde le lleva de nuevo al taller del escritor. Es entonces cuando se propone publicar una novela. A partir de este momento comienza la segunda etapa literaria de Pereda.

La muerte trágica de su hijo primogénito Juan Manuel, en 1893, supuso una ruptura en el normal desarrollo de la vida del novelista. A partir de ese momento se llenó su pensamiento de malos presagios y complejos de culpabilidad. A duras penas pudo concluir Peñas arriba, novela en cuyo manuscrito existe una cruz trazada en la página 18 del capítulo XX que recuerda aquel suceso. Después sólo publicaría Pachín González. José María de Pereda murió el 1 de marzo de 1906.

Obras del autor

  1. Escritos de juventud, 1858-1879
  2. Escenas montañesas, 1864
  3. Tipos y paisajes, 1871
  4. Los hombres de pro, 1872
  5. La mujer del César, 1876
  6. Oros son triunfos, 1876
  7. El buey suelto, 1876
  8. Tipos trashumantes, 1877
  9. Don Gonzalo González de la Gonzalera, 1879
  10. De tal palo, tal astilla, 1880
  11. Esbozos y rasguños, 1881
  12. El sabor de la tierruca, 1882
  13. Pedro Sánchez, 1883
  14. Sotileza, 1885
  15. La Montálvez, 1888
  16. La puchera, 1889
  17. Nubes de estío, 1891
  18. Peñas arriba, 1895
  19. Pachín González, 1896
  20. Al primer vuelo, 1896

Datos curiosos

  • Sus padres tuvieron 22 hijos, pero sólo llegaron a adultos nueve.
  • Estudió Bachillerato en el Instituto Santa Clara de Santander.
  • En abril de 1869 contrajo matrimonio con Diodora de la Revilla.
  • Dejó la política para consagrarse durante cinco años a sus hijos.
  • Retomó la creación literaria gracias al empeño de su amigo Marcelino Menéndez Pelayo.
  • El suicidio de su primer hijo le afectó muchísimo y desde entonces abandonó casi por completo la escritura.
  • En 1872 fue nombrado Correspondiente de la Real Academia Española.
  • Leyó el Discurso como miembro de número en febrero de 1897.
  • Era un gran aficionado a la caza y a la equitación.
  • Al igual que Benito Pérez Galdós, fue un buen fumador.

 

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