Un estudiante fumador hace un alegato en defensa de este hábito y critica la falta de espacio y tiempo para fumar entre clase y clase.
Este es un tema humeante. Una de las cosas que más nos gusta a los fumadores es que en cinco minutos de descanso hagamos un loco ejercicio subiendo y bajando escaleras ya que en el instituto, si te ven fumando en un pasillo, te invitan a pasar cinco días en tu casa.
No veo mal que, con este método, los no fumadores no tengan que respirar el humo. Pero sí me quejo de que de los cinco minutos gaste cuatro en subir y bajar tres pisos y dedique un minuto al cigarrillo. Aunque hay que mirarlo por el lado bueno: aquellas personas que quieran dejar de ser fumador, que prueben el método de matricularse en este centro y dejen otros métodos más lentos como los chicles o los parches.
Quiero agradecer al instituto que los fumadores tengamos un espacio de 50 metros cuadrados para 750 o más fumadores. Creo que deberían reducir el espacio, ya que así fumaríamos más los unos con los otros.