El anteproyecto de Ley de Servicios de la Sociedad de Información (LSSI), con el que el Gobierno pretende controlar la información que aparece en Internet, ha puesto en pie de guerra a los internautas. Los usuarios lo consideran una censura digital.

LSSI son las iniciales de Ley de Servicios de la Sociedad de Información, aunque en realidad su nombre completo es Ley de Servicios de la Sociedad de Información y Comercio Electrónico. En la actualidad, esta iniciativa se encuentra en fase de Anteproyecto, previo a su entrada y discusión en el Parlamento.

A lo largo de su breve existencia, el anteproyecto de la LSSI ha experimentado diversas modificaciones, pero su versión más actual puede consultarse en la página web del correspondiente Ministerio, desde donde puede descargarse en formato Word o PDF: http://www.setsi.mcyt.es/novedad/consulta_anteproyecto.htm

Aprovechando el desconocimiento del gran público sobre Internet y las posibilidades de la autopista de la información salen al paso cosas como ésta sin que nadie salvo los propios internautas, mueva un dedo.

De Internet se dice de todo, es malo, muy malo; y lo que ocurre realmente es que es una herramienta de difusión libre al alcance de todos, pero la gente tiene miedo de quedarse a solas con su propia moralidad. Estoy ya harta de las viejas excusas de que Internet sólo sirve para propagar la pornografía infantil, cuando tambien hay catálogos de libros y ONGs por decir algo. O que los menores tienen acceso a páginas de contenido para adultos sin ninguna traba, cuando pueden encontrar el mismo material en kioskos y videoclubs.

Y además es tan fácil echarle la culpa a Internet, ya que en este siglo veintiuno tan moderno, superguay, pasteurizado y hermético los padres ya no tienen que ocuparse de la educación de sus hijos, que bastante tienen con darles de comer con el sudor de su frente, y si no haber tenido perros, o un gato que da calor en los pies. O también el trafico de drogas, o el libre albedrio de los hackers, que indescriptiblemente todo el mundo habla de ellos a pesar de no tener ni tan solo una ligera idea de lo que son, más que estereotipos estúpidos inventados por algún periodista iluminado.

Todo el mundo atribuye a los hackers la propagación del funesto virus Iloveyou (como tantas otras cosas sin responsable definido, el caso es echar la mierda siempre en el mismo cubo), pero la noticia de los desmantelamientos de paginas web relacionadas con ETA, por poner sólo un ejemplo, y todo gracias a ellos; no han ocupado más que algunas líneas perdidas de algún que otro periódico. Claro, porque mataron un perro o dos, mataperros los pusieron, aunque nadie se enterase de la misa a la media, para variar.

Se critica todo lo que se desconoce y por supuesto, todo lo que se teme. Internet no pervierte a nadie que no esté pervertido ya. Pero en este mundo actual e inmaculado hay que echarle la culpa al de al lado para ser mejor ser humano cada día. ¿Para qué existe Internet, esa cosa tan mala? ¿Y para qué habremos salido de las cuevas, entonces? La electricidad tambien se usa para electrocutar a la gente en Estados Unidos y sin embargo la gente no piensa en eso, sino en la luz, la lavadora, el televisor, y demás comodidades…

Por el amor de Dios y la gloria de su Santo Nombre, que alguien nos libre de todo mal, los ordenadores y sobre todo de Internet que es el instrumento de Satanás. No quiero ni recordar a los psicólogos tan originales y fecundos en estos tiempos, para las ideas más absurdas (necesitarán un psiquiatra). Le atribuyen a Internet todo tipo de traumas y demás equipaje, cuando me gustaría saber cuántos de ellos han conectado alguna vez, o si han visto un ordenador de cerca; al igual que los redactores de esta ley, que una de dos, o saben muy poco, o saben demasiado. «(…) perniciosa costumbre ésta de utilizar razones de conveniencia en vez de convicción para motivar una Ley de estas características (…)» que dice A. Maestre.

Sé que los cibernautas están en pie de guerra, guerra sin armas, claro. No quiero saber qué va a pasar con todos esos usuarios esporádicos y despreocupados que entran de cuando en cuando en cibercafés para pasar el rato chateando, cuando les digan que no pueden consultar su dirección de correo, ni enviar chorradas porque son ilegales; entre otras cosas.Y cuando vean que las páginas que consultan habitualmente están desapareciendo de la noche a la mañana o que tienen que recurrir a su mejor inglés porque el volumen de páginas en castellano se reduce a las argentinas, mexicanas, panameñas, venezolanas, chilenas, etc. Todos ellos se están jugando mucho, y lo peor es que aún no lo saben.

Si puedes difundir esta noticia, hazlo.

Internet es algo sólo comprensible por quienes lo habitan e invito a cualquiera que tenga dos dedos de frente a comprobarlo. Es tan grande que ni siquiera sus propios inquilinos pueden concebir el volumen de información que circula y mucho menos podría filtrarlo ninguna ley porque escapa a cualquier tipo de control, llamese Echelon o LSSI. También me resulta chocante (y al resto de países más todavía, que hasta me da vergüenza decir soy española) que el gobierno quiera sacar una ley como ésta, que se contradice seriamente con la constitución vigente y además frena el desarrollo de nuestro país en este sector, mientras los demás países siguen su curso ininterrumpido hacia una sociedad de la información y ya no sólamente en el aspecto económico o/y empresarial.

En la práctica, la aprobación de la LSSI significaría que España retrocediera cinco siglos de historia.

«Mandamos y defendemos que ningún librero ni impresor de moldes ni mercaderes, ni factor de los susodichos, no sea osado de hacer imprimir de molde de aquí adelante por via directa ni indirecta ningún libro de ninguna facultada o lectura, o obra, que sea pequeña o grande, en latín ni en romance, sin que primeramente tenga para ello nuestra licencia y especial mandado.»
Isabel I, llamada La Católica. Año 1502

Cualquier burócrata (en lugar de un juez) podrá decretar si lo que hacemos no resulta del agrado de según quiénes. Y parece que a nadie le importa. Escribo este breve artículo con la esperanza de que la gente tome conciencia y se informe y contribuya con su granito de arena. Gracias.

 

Nota: La campaña contra la LSSI la esta dirigiendo Kriptópolis, Revista independiente sobre criptografía, seguridad y privacidad en Internet, premio IBEST 2000. Una referencia básica para el internauta; sin ánimo de lucro ni intereses políticos esta publicación es de las más carismáticas de La Red.

La campaña se basa en el envío voluntario de una carta formal redactada previamente por los abogados que editan la propia Kriptópolis, con la petición del retiro del anteproyecto de ley.

La campaña NO pretende evitar la legislación del comercio electrónico lucrativo, sino preservar la libertad de expresión del internauta y del ciudadano.

La información es libertad de expresión, no mercancía.

 

Trabajo original