Un extenso e interesante trabajo sobre la vida, costumbres, origen, carácter… de los pasiegos. Individualistas, desconfiados, muy amigos de sus amigos, los pasiegos son conocidos fuera de Cantabria por su carácter emprendedor y ¡cómo no! por sus sobaos y quesadas.
Valle del Pas
Uno de los lugares más hermosos de Cantabria, y también de los más olvidados, es el impresionante rincón encaramado entre los montes divisorios de Cantabria con Castilla, conocido como los montes de Pas. Protege la cordillera el sur de esta comarca y sus puertos de entrada a los valles, que se adosan a sus breñas serpenteantes.
La sierra, como una atalaya vigilante, se extiende desde el Castro Valnera al puerto del Escudo, con alturas de más de 1000 metros, entre las que sobresale el Castro Valnera, un gigantón pétreo de 1.707 metros de altura, que se yergue sobre la cordillera hasta asomarse por encima de la Bahía de Santander, a caballo entre la Vega, San Roque y tierras burgalesas. Es el padre de los dos ríos pasiegos: el Miera y el Pas, que ha dado nombre a toda la comarca y a sus habitantes.
San Roque de Riomiera, Trasmiera y San Pedro del Romeral son las tres villas pasiegas, que asombran por su belleza arisca y bravía, pero siempre verde y sedante. También hay una zona de influencia pasiega que abarca desde Soba a Ruesga, el valle de Carriedo con su capitalidad repartida – y enfrentada a veces – entre Villacarriedo y Selaya.
Origen de los pasiegos
Se han barajado varias teorías para explicar el origen de los pasiegos:
1.- Una teoría dice que son de origen primitivo cántabro.
2.- Otra teoría que sitúa su origen en los hombres del Norte -suevos o visigodos – que se refugiaron en los montes de Pas.
3.- Muchos les atribuyen origen morisco o hebreo. Parece que en la época en la que fueron expulsados los judíos y después los moriscos del norte de Burgos y Palencia, algunas familias pudieron refugiarse en esta región entre Espinosa y los montes de Pas.
Es difícil, al no existir documentación cierta, precisar el origen, porque incluso la tipología es variada: los hay morenos y enjutos, que bien podrían pasar por semitas y también los hay rubios, que podrían hacerlo por celtas.
Lo que si se sabe es que el pueblo pasiego es de origen ganadero. La economía del pasiego se basaba en la venta de la leche y carne así como otros productos obtenidos de la vaca. A partir de la leche de sus animales fabricaban productos como los conocidos sobaos pasiegos, la quesada, las mantecas o los quesos.
Vida y costumbres
Además de ganaderos también ejercían de sastres cuando en muchos casos se fabricaban la ropa ellos mismos. Sus trajes son bastante elaborados. En la actualidad pocos artesanos continúan realizando estos trajes con sus antiguos patrones. En estos trajes el rojo, el blanco y el negro se toman como colores principales e incluso se decoran con hilo y bordados en tejido dorado, aunque se pueden encontrar muchas variantes de estos preciosos trajes.
También fabricaban cestos o el clásico cuévano con el que trasportaban «el verde» o infinidad de utensilios en sus marchas de una cabaña a otras. El cuévano consiste en un cesto grande y hondo de sección cuadrangular, más ancho por la boca que por el fondo, trenzado con varas de avellano, – cortado con luna menguante – que se porta a la espalda. Es una parte indispensable de sus vidas. El pasiego, prácticamente nace en el cuévano; en el cuévano «muda»; con el cuévano transporta la comida para sus hijos, y también para sus animales, además de usarlo para llevar sus mercancías a vender.
Además, trabajaban la madera y fabricaban ellos mismos desde cevillas que eran utilizadas para amarrar el ganado en las cuadras hasta albarcas con las que caminar por los abruptos caminos.
La Plaza es el lugar de reunión de los comarcanos. Es el centro social, comercial, administrativo y religioso donde solucionan sus gestiones y problemas. En el reposo de la taberna, los hombres hablan de sus cosas y tratos ante el vaso de vino; juegan la partida, al tute, la flor o el «resto».
Antiguamente, en estas plazas eran muy típicos los mercados, a los que las pasiegas bajaban de los barrios balanceando sus cuévanos sobre sus trabajadas espaldas.
Las costumbres pasiegas también poseen una cultura bastante rica con folclore característico. El deporte más practicado es el de los bolos y el salto pasiego. Este ultimo consiste en saltar lo más posible utilizando como pértiga un palo de unos dos metros. El «palu» o «palancu» pasiego era de avellano descortezado y curado que le proporcionaba la debida flexibilidad y resistencia. Debía tener una cuarta y media más alto que el dueño. Los hombres se valían del «palu» para salvar los riachuelos y riscos de su tierra, con una agilidad sorprendente.
llevan un palo para saltar.
Saltan p’a lante Saltan p’a tras
con mucha fuerza y agilidad.
La cabaña
La casa pasiega es una casa construida con los materiales que ofrece el terreno a los pasiegos, fundamentalmente a base de piedra, la cual es muy abundante en toda la zona y aparte de ser utilizada para la construcción de casas también está presente en las paredes que separan las parcelas. La casa está formada por gruesos muros de piedra unida entre sí por adobe o tierra. Éstos son un buen aislante del frío. El tejado esta formado por una base de madera sobre la que se colocan planchas de losa, comenzando a construirlo por la parte más baja y terminando en la cumbre de forma que el agua discurra sobre ellas sin penetrar en la casa y pueda soportar la nieve.
La cabaña suele tener dos pisos. En el inferior se encuentra atado el ganado y la caballería. El superior se divide en dos partes. En una de ellas se realiza la vida del pasiego y la otra sirve de almacén para la hierba seca recogida durante el buen tiempo del verano y que les ayudara a pasar el invierno.
Los pasiegos podían llegar a tener cinco, seis o más cabañas repartidas a lo largo del valle. Cada una de éstas está rodeadas de una o más parcelas bien propias o bien arrendadas a las cuales el pasiego llevaba a pastar el ganado. Además, según la situación de estas cabañas se pueden distinguir entre las que se ocupaban en los meses de verano en donde se cambiaba a menudo de una a otra cabaña y la cabaña denominada «vividora» que al ser ocupada durante el largo invierno poseía pequeños lujos carentes en las otras como podía ser la electricidad o el poseer una o dos habitaciones.
Carácter
Un rasgo fundamental en el carácter del pasiego y que le diferencia de los habitantes de sus vecinos de valles cercanos es su manera característica de hablar, más cerrada que la del resto de los cántabros.
El carácter individual y autónomo de los pasiegos se manifiesta en su rechazo a todo lo que signifique cualquier tipo de cooperación. Ese rasgo de autonomía ha hecho que nadie recuerde haber visto a ningún pasiego pedir limosna. Pocos son los que trabajan para otro o una empresa.
Es conocida su aversión a la institución militar, y cierta cantidad de triquiñuelas utilizadas para librarse del servicio militar. Desde antiguo han existido especialistas entre ellos en enseñar a sus vecinos en edad de reclutamiento a utilizar todo tipo de artimañas como por ejemplo simular ataques epilépticos, haciéndose pasar por «tochos», paciendo para parecer anormales, etc.
De la misma forma que es verdad que los pasiegos son extraordinariamente desconfiados – «desconfiables» – con aquellas personas a las que no conocen, puede decirse que son extraordinariamente confiados y amigos de sus amigos.
No son gente que se ofrezcan con facilidad, pero cuando lo hacen son leales a carta cabal.
Son, asimismo, muy herméticos en cuanto a carácter, poco «cuentilisqueros», especialmente cuando están en un medio que no es el suyo.
Valga el siguiente sucedido:
-Con esi nombri no asela en estas branizas ningún pasiego.
-El caso es que quería comprarle unas cuantas ovejas a buen precio.
-¿No será que tenga algún llamatu como toos los de aquí, y sea Pedru el de Guzparras el que busca?
-Pues creo que sí.
-Enestonces…¡no he de conoceli, siñor! (Contesta con una carcajada eufórica) ¡Si esi soy yo! ¿No vei las mis ugüejinas y tres corderucius?
Gente poco dada a ser censados, figurar en padrones o votaciones, campañas, etc.
Tal vez una de las claves para entender su prosperidad, o al menos en parte, pueda explicarse por su costumbre secular a prestarse dinero al margen de los establecimientos de crédito -. Esta modalidad de préstamos «entre vicinus» tradicionalmente era suscrito con un simple apretón de manos, y pactado a un tipo de interés sensiblemente menor que los ofertados por la «competencia» financiera de los bancos.
Actualmente, y desde hace unos años, cada vez son más los que utilizan soporte escrito para estos préstamos, que incluso tienen su propia redacción, que se respeta siempre: «Soy en deber a Fulano de tal…». No se conoce ningún pasiego que sin papel o con él haya negado un dinero prestado.
Emigración
La emigración es una de las facetas más conocidas del pasiego. La más importante emigración fue la expansión ganadera y la fundación de vaquerías en Madrid, Zaragoza, etc. También las nodrizas pasiegas abandonaron el valle para, en ocasiones, ir a prestar sus servicios a la Corte.
Ellas pueden dar buena fé de la pureza de raza y salud tradicional de la raza pasiega. Teófilo Gautier, poeta romántico francés dice: «…vi en el Prado algunas pasiegas de Santander.. reputadas como las mejores nodrizas de España, y el cariño que profesan a los niños es proverbial, como en Francia la probidad de los Auvergnats. Estas mujeres son muy bellas y tienen un sorprendente aspecto de fuerza y grandeza. La costumbre de mecer a los niños en sus brazos les da una actitud combada que va bien con el desarrollo de su pecho».