Almudena realiza un exhaustivo paralelismo entre los doce trabajos encomendados a Hércules y las pruebas que debe realizar un emigrante para llegar a otro país en busca de un futuro mejor, todo un recorrido histórico para mostrar el duro camino de los menos favorecidos y hacer una crítica social completa y detallada.
Antigua Grecia. Año 700 A.de C. La mitología está en pleno apogeo. Uno de sus principales protagonistas es Heracles, también conocido como Hércules, figura muy heroica de la mitología clásica. Hijo de Zeus y Alcmena, esposa de Anfitrión, fue dotado de una fuerza sobrenatural.
Hércules en vida fue sometido a innumerables problemas, originados por la diosa Hera, por sus enredos amorosos y por ataques de locura divina, durante los cuales asesinó a sus propios hijos, por lo que el oráculo de Delfos le ordenó ponerse al servicio de Euristeo, rey de Argos, quien, por instigación de Hera, le impuso los famosos doce trabajos, que eran:
- Primero: Matar al león de Nemea, animal al que ninguna arma podía herir
- Segundo: Matar a la hidra de Lerna, animal de varias cabezas que sólo tenía una inmortal.
- Tercero: El tercer trabajo de Hércules era capturar a la cierva de los cuernos de oro y los pies de bronce.
- Cuarto: Capturar al jabalí de Erimanto.
- Quinto: Limpiar los establos de Augías en un solo día.
- Sexto: Exterminar las aves del lago Estinfalo que atacaban a la gente del lugar y destruían las cosechas y los campos.
- Séptimo: Domar al toro de Creta, que Poseidón había enviado a Minos.
- Octavo: Robar las yeguas de Diomedes y conducirlas hacia Micenas.
- Noveno: Vencer a las amazonas y apoderarse del ceñidor de su reina Hipólita.
- Décimo: Arrebatar los bueyes de Gerión.
- Undécimo: Hurtar las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, para lo que pidió ayuda a Atlas, que lo hizo con la condición de que sostuviera el mundo sobre sus hombros mientras él cogía las manzanas.
- Duodécimo: El último era el trabajo más duro: capturar a Cerbero, perro guardián de los infiernos, para sacar a Teseo de este tétrico lugar.
Estos eran los famosos doce trabajos que Hércules superó con muchos problemas.
Año 2001 D. de C. Estamos en el tercer milenio después del nacimiento de Cristo. Los tiempos han cambiado mucho desde aquella época de héroes y dioses. Las nuevas tecnologías siguen avanzando, la medicina progresa positivamente, cada vez tenemos más comodidades con las que vivir mejor y los humanos seguimos hacia adelante esperando a ver lo que nos depara el futuro, muchas veces olvidándonos de que en todos los puntos de este planeta en el que vivimos hay gente inocente que no tiene tanta suerte como nosotros, que lo pasa muy mal y que ni siquiera tiene un trozo de pan para llevarse a la boca.
En la actualidad hay mucha gente que tiene que huir de sus casas y países, por las guerras, las enfermedades, la falta de alimento u otros motivos que les llevan a la mala vida en general, para conseguir una vida más digna, en un país donde puedan vivir y llevar a cabo todos sus sueños y proyectos.
Esta es la historia de Mohamed un hombre que, sumergido en su ilusión y en su entusiasmo por una vida mejor, se embarcó en un viaje sin puerto determinado. También fueron doce los trabajos que Mohamed tuvo que hacer para llegar a vivir felizmente, al igual que hizo Hércules bajo las órdenes de Euristeo, pero con fines muy diferentes e incluso me atrevería a decir que más difíciles que los que realizó el gran héroe.
El primer trabajo de Mohamed fue buscar un transporte lo más seguro posible (dentro de lo que cabe) a cualquier precio; el segundo trabajo era gastarse todos los ahorros de una vida entera, dedicada al trabajo y al sufrimiento, en ese transporte sin futuro; el tercero era el más difícil, despedirse y dejar a su familia entera sin saber si algún día los volvería a ver; su cuarto trabajo era embarcarse con la sangre fría de no tener un futuro seguro y dejar en el país del que él huía a su familia; el quinto era llegar a las costas del nuevo país en las condiciones que fuera; el sexto trabajo de Mohamed era evitar el ser discriminado por gente a la que no conocía de nada y que se seguía fijando solamente en el color de la piel de las personas; el séptimo era intentar buscar un trabajo para poder comer, pero sin papeles era imposible; el octavo trabajo de esta persona era encontrar algún lugar donde dormir y vivir como fuera, que en muchos casos acababa siendo la calle; el noveno era conseguir los papeles necesarios para el permiso de trabajo y residencia en el nuevo país, algo bastante complicado, ya que hoy en día sólo unos pocos los consiguen; el décimo trabajo era luchar por trabajar igual que los demás sin ser explotado y con un sueldo digno; el undécimo trabajo era empezar a vivir lo más dignamente posible para que algún día pudiera traer a su familia a un nuevo país; y el último trabajo de Mohamed era traer a su familia junto a él y disfrutar todos juntos de un país con futuro. Si Mohamed consiguiera todos los trabajos, incluido el último, éste se convertiría más que en un último trabajo, en una felicidad enorme para él.
Al final Mohamed sí consiguió llevar a cabo los doce trabajos, que todas las personas como él tienen que hacer para alcanzar una vida mejor, digna y con más futuro. Mohamed lo consiguió, pero la mayoría de las personas como él no lo consiguen y mueren en el intento o no encuentran la vida que esperaban, lo que hace que se conviertan en los sin papeles y sean devueltas a su país donde volverán a vivir en la miseria.
La historia de Mohamed es una de las tantas que se producen día a día en los países como el nuestro en los que inmigrantes de todo el mundo ven un futuro mejor, como alguna vez lo vieron nuestros antepasados en otros países que le dieron la oportunidad de vivir. Es la cruda realidad de muchos hombres y mujeres, algunas incluso embarazadas, o de familias enteras, que sin culpa alguna de lo que sucede en su país tienen que buscar un futuro, que les costará alcanzar o que simplemente no llegarán a alcanzar.