Una voz misteriosa llama la atención de un paseante. Cuando descubre el origen del sonido, lejos de asustarse se alegra de poder contar con un amigo nuevo, y peculiar.

Un día estaba
paseando por el puerto.
Cuando iba a anochecer
y el sol se iba a esconder,
oí una voz:
¡Eh!, el de ahí arriba.
Yo, como si no oía.
Pensé que era el viento,
pero no era cierto.

Volví a oír la misteriosa voz
y miré a mi alrededor.
Miré el mar, pero estaba en calma.
Cuando me iba a ir, la volví a oír.
Vi que era el mar haciéndose resonar.
¡Ya tengo un amigo en el mundo
aunque él sea solitario y moribundo!.

 

Trabajo original