El mago vestido de verdinegro predijo en la noche de medialuna que el heredero sería un niñito pelirrojo y que su destino sería recuperar, cuando tuviese dieciséis años, el arca desaparecida.
Todos quedaron boquiabiertos cuando la reina sacó del carricoche a su bebé. Los guardaespaldas de la reina miraron el pelo de la criatura…sí, tenía el cabello rojizo, pero era una niña.
Pasaron dieciséis años y la pequeña princesa de rojizos cabellos se convirtió en una bella joven.
A pesar de ser hermosa y tener a todos los caballeros suspirando por ella, no le daba importancia ya que pasaba la mayor parte del tiempo montando a caballo.
Pronto llegó el día de su cumpleaños; y la princesa Maribella, anunció a todos que al amanecer saldría en busca del arca.
Todos se reían de ella, pues por ser una mujer no podría luchar contra el mago que la poseía. Maribella ignorando sus risas y comentarios, fue a sus aposentos y, con ayuda de su doncella Inés, preparó todo para el viaje.
Ese mismo día, partió de camino hacia el tenebroso castillo del mago.
Al llegar, se abrió la puerta y la princesa entró. De pronto algo la enganchó por detrás y luego la soltó. La princesa quedó asombrada al ver a un apuesto joven de ojos verdes.
–¿Quién es usted?– preguntó la joven.
– Ademaro, y vos, ¿quién es?
– Mi nombre es Maribella y vengo a pedirle que, por favor, me devuelva el arca.
El se rió y la miró fijamente al los ojos. Sin darse cuenta se habían enamorado. Estuvieron un largo rato hablando, y se querían aún más.
– ¿Vos queréis se mi esposa?– preguntó Ademado.
– Me encantaría– respondió la princesa.
Así, sin más, se casaron ese mismo día y regresaron a palacio. Anunciaron a todos que se habían casado y sus padres y el pueblo se alegraron. Hicieron un banquete, y allí Maribella dijo unas palabras:
– He aquí, el arca perdida que todos ustedes creían que una indefensa mujer como yo no podría conseguir.
Todos se quedaron asombrados y comenzaron a aplaudir. De pronto apareció el mago:
– Y, por fin, se realizó lo que yo predije hace dieciséis años.
Llegado a este punto, se puede dar por terminada esta historia.