Los últimos días del trimestre, una vez terminados los exámenes de bachillerato, dedicamos tres sesiones a pensar. Puede parecer extraña la pretensión, pues no es imaginable una clase en la que el profesor no intente que el alumno piense. La novedad está en que el departamento de Filosofía organizó unas jornadas del pensamiento que no tuvieran por materia ninguna asignatura, sino el deseo de pensar, de dedicarse a conocer mejor lo que acontece, de reflexionar por qué nuestro mundo es como es y por qué la vida se nos presenta como lo hace.
Estas jornadas del pensamiento no son novedad en nuestro centro. La novedad ha sido el formato, pues de las cinco charlas que en otras ocasiones se ofrecían en la ‘Semana del Pensamiento’, en esta ocasión sólo ha habido tres. Y la hora de las conferencias no fue la que había sido habitual en los últimos siete años, es decir, al terminar la tarde, sino durante la mañana, en horario escolar.
Contamos en esta ocasión con tres pensadores, que hicieron un gran esfuerzo por ser cercanos, amenos y claros. Ha sido una suerte enorme, la verdad, y hay que destacar este esfuerzo, porque todos ellos están acostumbrados a hablar a alumnos universitarios y no a bachilleres; y sin embargo su amenidad y su cercanía en temas que de entrada no son por sí mismos amenos, permitieron que el conjunto del alumnado pudiera seguir sin gran esfuerzo el contenido de la exposición.
La primera charla la ofreció Cristina de la Cruz Ayuso, profesora de la Universidad de Deusto. El tema que desarrolló fue el de la tolerancia, en un contexto cultural en el que fácilmente se confunde este valor con la indiferencia o el relativismo indiscriminado. La segunda la dirigió Enrique Castillo Ron, profesor de matemáticas de la Universidad de Cantabria. Nos habló de su postura solidaria ante la vida. No fue la suya una charla en torno a un tema, sino su posición ante la vida y ante el mundo y su esfuerzo por dejar el mundo mejor de lo que lo ha encontrado. Y finalmente, la tercera charla la dictó Javier Martínez Contreras, también de la Universidad de Deusto, sobre el humanismo. Realizó una síntesis extraordinaria sobre el nacimiento de esta corriente en el Renacimiento hasta nuestros días, dejando claro que en el camino del humanismo no todos han sido logros, sino que estamos ante una encrucijada incierta en la que seguimos necesitando relatos y mitos configuradores de sentido.
El resultado final de la semana fue muy positivo. Los alumnos recibieron las tres charlas con una atención más que notable y después realizaron sus propios ensayos a partir del tema que cada uno eligió. Por parte de los organizadores, la experiencia de haber reducido la anterior semana a estas jornadas arroja un saldo positivo y posiblemente así se realizará, al menos los próximos cursos.