Ángel ha creado un cuento que narra la historia de una iglesia que cae al río y llega al mar, donde descubre un mundo nuevo del que no querrá salir.
Te voy a contar la historia de una iglesia, que construyeron en un acantilado. Era muy feliz porque allí se celebraba la misa todos los domingos, como todas las iglesias, y tocaba alegremente las campanas, pero un día hizo tanto viento que cayó al río y del río, fue al mar.
Allí todo era como una fiesta: los tiburones bailaban con los delfines, el pez espada bailaba con el pez martillo… La iglesia era muy feliz, era amiga de todos los animales, hasta del rey del mar: el pulpo.
Pero quería ver nuevos sitios, así que se fue por un río y fue a parar a una tierra desconocida. Allí todo era todo muy alborotado estaba todo en llamas, la gente luchaba entre sí y había casas destrozadas y a la iglesia no le gustó nada y fue otra vez mar adentro.
En el mar les contó todo a los peces y la iglesia dijo que tenía que buscar otro sitio, porque no todos iban a ser como ése, y así que fue por otro río y encontró otra tierra desconocida. Esa tierra no había ni una persona estaba todo desierto, bueno estaba en el desierto y, además de eso, en ese sitio hacía mucho calor.
A la iglesia no le gustó nada eso, así que se fue mar adentro. Estaba muy triste no encontraba sitio para ella y el rey pulpo le dijo que si se quedaba en el mar podría ser la iglesia de mar.
La iglesia era muy feliz había encontrado su sitio y todos los animales del mar la regalaron una gran estrella de mar en la que ponía: «La iglesia del mar».