Érase una vez Hugh Grant, un ‘caballero inglés’ de orígenes modestos que ha protagonizado muchas de las más taquilleras películas de los últimos tiempos. Un repaso de la vida y los filmes de este maduro actor nacido en 1960.

Nace en Londres un 9 de septiembre, hijo de un comerciante y una maestra. Estudió en la universidad de Oxford donde descubrió el arte da la interpretación, fundó una modesta compañía de teatro con unos amigos ‘The jockeys of Norfolk’ y llegó a intervenir en el filme ‘Privileged’.

Fue la polémica ‘Maurice’ en 1987 la que le dio a conocer, pero su gran salto a la fama se produjo con ‘Cuatro bodas y un funeral’. Tras ésta, ‘Sentido y sensibilidad’, ‘Notting hill’, ‘El diario de Bridget Jones’ y muchas más le han convertido en el aristócrata del cine de nuestro tiempo, tomando el relevo de Richard Harris o Sean Connery, aunque pese a la maestría inigualable de estos dos actores quizás no haya habido ninguno que haya encarnado tan increíblemente como Grant al modelo de varón burgués que tanto nos gusta a las admiradoras del hombre bretón.

A lo largo de su trayectoria nunca se ha alejado mucho de ese sambenito siendo siempre el pijo, el despistado, el tímido, el atractivo y sutilmente descarado galán made in United Kingdom.

Pese a esto, le vimos americanizado en ‘Nueve meses’ más caradura que nunca y con el toque imprescindible de Woddy Allen en ‘Granujas de medio pelo’, y en los últimos años como un reflexivo cuarentón londinense adicto a la soledad en ‘Un niño grande’.

Pese a los escándalos personales o su cierto encasillamiento en la comedia británica en la cual ha encajado a la perfección, siempre será el hombre perfecto, el prototipo de inglés interesante y divertido con el que viajar en descapotable por las antiguas carreteras de Gran Bretaña.

Hught Grant se retira pero, tranquilas, Daniel Radclíffe ocupará su lugar cuando el mundo deje de verle como Harry Potter.

Resultaría decepcionante descubrir que Hugh Grant, el real, se acerca más a la imagen de un hooligan que a la de, como ya he dicho, caballero inglés. No obstante, ya hay algo más que agradecerle al cine. James, Daniel Cleaver, Edward Ferras… creaciones, ilusiones, fantasía al fin y al cabo es lo que produce una pantalla pero… ¿y si existen hombres así? Que estudien en Cambridge en vez de ser peones de obra y lleven corbata en lugar de la Columbia… ojalá quede alguno nacido en los 80.

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