Con motivo de la desaparición del poeta José Hierro el pasado 21 de diciembre, el instituto de San Vicente de la Barquera que lleva su nombre está organizando un homenaje. El centro cuenta con una exposición de imágenes del artista que están en la biblioteca del instituto, acompañadas de frases del poeta. También desde otros centros educativos han querido sumarse a este homenaje.
BREVE RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
José Hierro nació en Madrid el 3 de abril de 1922, aunque siempre se sintió vinculado a Cantabria, pues sus padres se trasladaron a Madrid cuando contaba dos años.
Afiliado durante la guerra a la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios, sufrió después prisión. En Valencia trabajó para una editorial, hizo crítica de pintura y de regreso a Santander fundó la revista Proel.
En 1947 publicó su primer libro de poemas, Tierra sin nosotros. Se trasladó luego a Madrid, donde trabajó en Radio Nacional de España, de la que se jubiló en 1987.
En 1950 publicó Con las piedras, con el viento. Más tarde verían la luz Quinta del 42, Estatuas yacentes, Cuanto sé de mí o el Libro de las alucinaciones. Tras años sin publicar, de 1991 es Agenda. En 1998 publicó Cuaderno de Nueva York.
Recibió importantes premios, como el Adonais, el de la Crítica, Juan March, Cervantes o el Príncipe de Asturias. José Hierro murió el 21 de diciembre de 2002 en Madrid, rodeado de toda su familia.
Como afirmó Carmen Martín Gaite, «su poesía hace honor a su apellido, por su solidez y porque sus palabras parecen cinceladas en la piedra».
«La poesía es el arte temporal por excelencia. Pero además puede -y debe- tener cierta construcción, como la arquitectura; bulto, como la escultura; color, como la pintura; ritmo, como la música».
«La prosa informa: la poesía informa y persuade».
«A mí me gustaría que mis poemas fueran como una conversación, que al lector le quedasen ganas de contestar» .
«A los jóvenes, la primavera nos hace arder la sangre» .
«Importa más que lo que se dice, cómo se dice. A priori, Dios no es mejor tema literario que un vaso roto; aunque en la vida pueda ser más interesante, en el poema no lo es» .
«Cuando se trata de encontrarme con jóvenes hago todo lo posible por acudir, porque me lo paso bien con ellos».
«Me siento como un iceberg llegando a aguas templadas, porque el tiempo se derrite».
«…cuando se recibe un premio como éste, que reconoce el trabajo de toda una vida, tengo un sentimiento contradictorio: entre orgullo y vergüenza» (tras recibir el Cervantes).