Una empresa de Torrelavega está desarrollando un proyecto tecnológico para la descontaminación de los residuos metálicos y su aprovechamiento como materia prima en fundiciones. Esta iniciativa ha recibido un premio de la Consejería de Medio Ambiente de Cantabria.

En Campuzano (barrio de Torrelavega, Cantabria) en los años 60 comenzó lo que en la actualidad es uno de los centros de tratamiento de residuos más innovadores del norte de España, fundada por el abuelo del que ahora es su gestor, Bernardo Berrio, el cual lleva las riendas de la chatarrería desde el año 1999.

Esta empresa recoge diariamente desde baterías ácidas a piezas de gran tamaño procedentes de toda Cantabria, y parte de Madrid, Asturias, País Vasco y Castilla y León. Sin embargo su punto fuerte es la recogida de virutas de acero para su reutilización tras separarla de la taladrina (aceite usado para evitar el calentamiento de las cuchillas que al cortar o limar producen la viruta). Precisamente por esto recibió en diciembre del 2005 un premio de la Consejería de Medio Ambiente de Cantabria, que va dirigido a las empresas que dentro de nuestra región innovan, investigan y desarrollan nuevas técnicas en busca de la funcionalidad ligada al respeto del medio ambiente. La cantidad final del premio fue 6000€, los cuales donaron a AMAT ( Asociación Montañesa de Ayuda al Toxicómano). Se premió lo innovador del sistema utilizado para este proceso, además de sus ventajas tanto medioambientales como económicas. Este proceso se inicia con una grúa con electroimán, la cual recoge la viruta y la introduce en la tolva de entrada y después, tras pasar por un filtro en el cual sólo pasa la viruta de un determinado tamaño, las piezas grandes son expulsadas para proceder a su corte y su reinserción en la maquina. Las piezas que han pasado el filtro son llevadas mediante una cinta transportadora a una prensa de donde salen las briquetas, las cuales son apiladas fuera de la máquina, para su posterior fundición y reutilización del acero.

La investigación necesaria para la creación de esta máquina fue realizada codo con codo junto a las universidades de Cantabria y Zaragoza durante 13 meses, tras los cuales el proyecto fue presentado ante la Consejería con sus pertinentes informes de las pruebas realizadas. La Consejería aprobó el proyecto sin la más mínima duda puesto que suponía un gran avance en el sector del tratamiento de residuos peligrosos. Meses más tarde estuvieron a punto de ganar el mismo premio a nivel europeo quedando entre los 16 mejores proyectos de entre más de 400 participantes.

En la actualidad tienen el sistema patentado tras comprobar que en ninguna parte del mundo había algo parecido, ya que se seguía utilizando el método del centrifugado, mucho menos eficaz.

Dentro de las ventajas del centro se encuentra el suelo impermeabilizado para evitar las filtraciones de materiales peligrosos, y el detector de productos radiactivos en los camiones que traen la mercancía. Esta nueva técnica ayudará a la empresa (que además recibe material para reciclar desde Asturias, País Vasco y Castilla y León) a no sólo hacerse un pequeño hueco en el panorama de reciclaje nacional sino que supone también una gran ayuda para numerosas empresas de nuestra región que dependen tanto del reciclaje.

Trabajo original