Los alumnos de 1º de ESO del colegio Cumbres visitaron el Museo de la Sidra en Nava (Asturias). Descubrieron el proceso de elaboración de esta bebida, desde la selección de las manzanas hasta el embotellamiento de su jugo fermentado.

A finales de año, antes de las vacaciones de Navidad, salimos rumbo a Asturias. Íbamos a conocer el Museo de la Sidra.

Fue una visita muy interesante. Al entrar nos recibió una guía, quien se encargaría de enseñarnos el Museo y con la que atravesamos un pasillo, en forma de barril, que daba entrada a la exposición.

Lo primero que vimos fue un ‘escogedor’ de manzanas, que era como un barreño de madera con unas rendijas por donde caían las hojas y restos de ramas. En una máquina de demostración, a escala, nos enseñaron cómo se hacía la sidra: primero, se lavaban las manzanas; después, se trituraban y, por último, eran machacadas en la prensa.

En el lagar se hacía todo el proceso de embotellamiento de la sidra ya fermentada. En otra máquina, también a escala, nos enseñaron cómo se encorchaban las botellas. Para poner en el corcho el nombre de la fábrica donde se elabora, se pone al fuego un hierro con la firma o distintivo de la misma y, cuando alcanza el suficiente calor, se aplica en la parte superior del corcho.

Después de seguir todo el proceso que os hemos contado, vimos un vídeo sobre anécdotas de la vida en los pueblos que se dedican a esta producción: la forma en que la gente pedía sidra por las casas antiguamente, la estructura y decoración de los bares y sidrerías de antes… Por cierto, también vimos en otra sala una réplica exacta de una antigua taberna y nos explicaron todo lo que había, incluidas las imágenes de una romería típica en torno a la sidra, que decoraban parte de sus paredes.

Para finalizar nuestra visita, nos enseñaron una gaita electrónica que, además, nos dejaron tocar, y vimos unos libros antiguos con imágenes e historia de la sidra.

Por último, escanciamos un poco. Se hace de la siguiente manera: se sirve fría, con un brazo hacia arriba agarrando la botella y pegado a la cabeza y el otro brazo hacia abajo, cogiendo el vaso por el fondo y ladeado hacia la botella. Se sirve un poco (un culín), se bebe y se tiran los posos. ¡Bueno, realmente se tira más de lo que entra!

Fue una visita muy entretenida; vimos cosas nuevas y os la recomendamos a todos.

 

Trabajo original