Hace algún tiempo empezaron con unas investigaciones que ni ellos mismos sabían dónde llegarían… ¡Hola! Me llamo Marta y tengo 24 años y desde hace dos trabajo en el GDAALG (Grupo de Apoyo a la Galaxia), que es la organización más importante de investigación desde la NASA que, como todo el mundo sabe, se hundió por malas cuentas de algún contable y porque algún investigador hizo ciertas cosas que ahora no vamos a nombrar. Pero volvamos a mí y a la GDAALG.

La GDAALG es mi centro de vida, en él hemos hecho descubrimientos que hace 12 años pensábamos imposibles. Ahora mucha gente es dueña de trajes espaciales por si nuestra Tierra explotase, tenemos constancia de que hay vida en Venus y en Marte y, por si fuera poco, las condiciones atmosféricas han cambiado tanto que hemos pensado en hacer construcciones en la luna.

Yo por mi parte estudiaba unas piedras que encontramos en unas expediciones el centro de la Tierra, que se dicen que fueron unos mensajes de nuestros antepasados. A través de mis investigaciones descubrí que las piedras tenían inscripciones que podían ser profecías o sencillamente listas de la compra prehistóricas, y como yo no lo sabía decidí dárselas a mis jefes y a sus grupos de investigadores, que no eran mejores, pero contaban de mayores cantidades de dinero para invertir en estas investigaciones.
Al cabo de un tiempo me olvidé de las piedras y empecé a dedicarme a otras cosas, pero ellos siguieron investigando y, como todo el mundo, sabe hay cosas que son mejor que el hombre no las sepa y ésta era una de ellas.
Me comunicaron las malas noticias unos meses después, cuando yo estaba en la luna haciendo otro tipo de investigaciones. Era horrible y casi no teníamos tiempo: ¡Teníamos que llegar a la otra punta de la galaxia antes de que llegara una fecha que no habíamos podido descifrar!
Empezamos a investigar lo más rápido que pudimos, pero al final decidimos que lo mejor era empezar el viaje.

Nos embarcamos en una de las naves que aún estaban en proceso de experimentación. No llegamos muy lejos porque nos llamaron de urgencia y tuvimos que volver. La Tierra se iba a destruir, sí, pero en 7.000.000 de años, ¡era una profecía! Teníamos que llegar a la otra punta de la galaxia porque supuestamente allí había una tribu evolucionada que nos lo iba a decir.
Preferimos dejar la investigación y dedicarnos a otra cosa, porque como ya dije antes hay cosas que son mejor que el hombre no sepa.

 

La imagen procede de esta dirección:

http://www.nasa.gov 

Trabajo original