Pablo nos cuenta su viaje a Brañavieja. Es el diario blanco de seis días en la nieve esquiando y conviviendo con sus compañeros.

Domingo, 09 de febrero de 2003

Desde por la mañana ya esperaba el momento de ir al Zapatón para coger el autobús que nos llevaría a Brañavieja.

Pasado el tiempo, nos montamos en el autobús y como ya vivido esa experiencia no eché mucho de menos a los familiares. Sin embargo, la mayoría de los niños nuevos no les hacía mucha gracia despedirse de sus padres.

El viaje fue largo y blanco. Primero dejamos las maletas en el hotel. Seguido fuimos al alquiler y alquilamos las botas donde me dijeron que mi número de esquís es el 381. Después de ordenar la ropa hubo una reunión donde se dijo de todo. Más tarde fuimos a cenar. Por último nos fuimos a la cama.

Lunes, 10 de febrero de 2003

Fue todo un madrugón. El teléfono de la habitación sonó (como un despertador) y rápidamente nos preparamos.

En las pistas nos separaron por grupos. El nombre de mi monitor es Pinki y es muy majo.

Por la mañana esquiamos Pidruecos y por la tarde (después de comer los bocadillos) estuvimos por la pista Calgosa girando en cuña y siguiendo en paralelo.

En el hotel hicimos juegos (en la discoteca y con dos monitoras). Cenamos y nos fuimos a la cama.

Martes, 11 de febrero de 2003

Por fin pude dormir bien y no estaba nervioso como ayer. El desayuno me entró fácilmente y con esa energía fuimos a las pistas.

Había mucha niebla pero aún así bajamos El Chivo medio cuatro veces, una con bastones y tres sin ellos ( con las manos en las rodillas).

Después de comer el rato libre se me hizo muy largo y pesado (porque había que hacer cola en las perchas) y después con Pinki tuvimos la mejor clase de todos los días que llevamos porque nos mandó ir a huevo y esquiar hacia atrás.

Por la noche hubo discoteca.

Miércoles, 12 de febrero de 2003

Eduardo llamó a la puerta advirtiéndonos de que hacia frío y después de desayunar, de abrigarnos y de ponernos las botas fuimos a las pistas.

En el tiempo libre hicimos dos bajadas por Calgosa despacio porque el suelo estaba helado. En la hora del cursillo lo peor fue cuando Pinki nos subió el Chivo alto y encima con niebla. Allí arriba me dolían las piernas por ponerlas tensas haciendo cuña.

Por la tarde como hacía todavía más niebla y nevaba, sólo fuimos al Chivo medio y luego bajamos por Pidruecos

Una vez más por la noche tuvimos discoteca con casi las mismas canciones que el día anterior.

Jueves, 13 de febrero de 2003

Queda poco para que esto se acabe pero todo este tiempo se me ha hecho larguísimo.

Hoy en el cursillo con Pinki me apetecía bajar el Chivo alto pero como sólo lo queríamos Julio, Daniel, Hector y yo, éramos minoría y nos tuvimos que conformar con bajar sin bastones varias veces el Chivo medio donde vi a Celia esquiar con su grupo.

Por la tarde sólo nos dio tiempo a bajar dos veces el Chivo medio.

Por la noche hubo la gran discoteca hasta las once y media de la noche. Mis amigos y yo nos subimos a las mesas para ser como los go-gos de la disco. 

Viernes, 14 de febrero de 2003

Estoy escribiendo desde casa porque esto se ha acabado.

Hoy respecto al tiempo ha sido el día que peor ha hecho porque había tanta niebla que por el Chivo estaba cerrado y hacía tanto frío que en el telesilla se me heló la barbilla. En el cursillo con Pinki sólo pudimos bajar los toboganes y Pidruecos y fijaos si hacía frío que en una de las bajadas paramos en la cafetería.

Por la tarde no esquiamos y comimos en el hotel. Después, hasta que viniera el autobús, jugamos al juego de la botella.

En Torrelavega nos recibieron con mucho cariño.

 

Trabajo original