Juan Antonio Pérez Simón, al que todos llamamos cariñosamente Pin, ha sido durante 17 años el profesor de Religión de nuestro instituto. Sucedió a José del Campo cuando, por su salud quebrantada, tuvo que dejar la enseñanza.

Pin cambia de actividad, promociona, y va a trabajar en el Obispado como responsable de los profesores de Religión de Cantabria.

Con este motivo sus alumnos le hemos hecho un homenaje de despedida para el que preparamos este discurso:

«Querido Pin:

Después de tantos años aguantándonos como profesor, y aconsejándonos como amigo, creemos que lo menos que podemos hacer por ti es dedicarte unas palabras.

Llevas muchos años en este instituto, tanto que a veces nos preguntamos si no llegarías antes tú que los obreros que hicieron el instituto.
Algunos te tuvimos solo durante algunos años, y otros durante toda su etapa en el instituto, pero puedes estar seguro de que ninguno te olvidará.

Nos alegramos de que hayan reconocido tus méritos como hombre dedicado a la enseñanza y a la religión. Pero como todas las cosas buenas tienen una parte mala, a nosotros nos ha tocado tener que despedirnos de ti.
Será imposible encontrar otro profesor como tú, dedicado a sus alumnos y al instituto. Y a propósito, ¿ quién va a poner este año el Belén?, ¿ Quién va a ser el portero de los profesores en el partido contra los alumnos? Todavía recordamos las goleadas que te metíamos en aquellos memorables partidos.

Abandonas la enseñanza, queremos creer que no lo haces porque te has cansado de soportar esas bromas y chistes con las que todos disfrutábamos en tus clases, sino porque vas realizar una tarea más importante.
Pero sin duda lo que todos vamos a echar de menos son tus complicados exámenes, aquellos que no aprobaban ni los más listos de la clase.
No te enfades, lo decimos porque muchos no han dejado todas las asignaturas gracias a ti.

Pero no solo vamos a hablar de nosotros, hay más gente que te va a echar de menos: Tus amigos y compañeros de trabajo y de cafetería.
En todos ellos seguro que también has dejado un buen recuerdo.
Bueno Pin, te agradecemos mucho este último favor que nos has hecho, porque mientras estamos aquí despidiéndote nos hemos escaqueado una «horuca»(es broma).

Gracias a Dios ha terminado este horrible discurso que aunque no te lo creas hemos tardado mucho en hacer. Tal vez no sea el más bonito del mundo pero lo hemos hecho con mucho cariño. Y no te decimos adiós, te decimos hasta luego.

Sé feliz, y ya sabes esta siempre será tu casa» 

 

Trabajo original