Jesús nos cuenta su opinión acerca de los derechos infantiles, tras haber sido testigo de la paliza que un padre pegaba a su hijo.
Los niños tenemos una serie de derechos que los mayores deberían cumplir. Por ejemplo: va un niño por la calle con su padre; hasta ahí todo bien. De repente, el señor de la iglesia (me refiero al mendigo) se echa las manos a la cabeza ¡Madre del amor hermoso!, el padre le está propinando una paliza brutal .
Yo opino que algunos niños sufren muchísimo. Doy como ejemplo a los niños de Brasil; van por ahí pidiendo comida y dinero. Amigos míos, estamos destrozando el mundo social. Soy testigo de ver a aquel niño no parar de gritar: Papá sin parar, como si su vida dependiera de ello.
Por eso defiendo a las ONG como Aldeas infantiles. Su misión es ayudar a los demás, algo que siempre respetaré. Creo que es un gran beneficio. Los derechos infantiles son un tema muy complejo.