La guerra es mala. Somos de carne y hueso. Nos hace daño, nos perjudica, nos destroza, nos… infinidad de cosas malas. Mucha gente sufre por culpa de la guerra y por culpa de la gente que la crea. Así lo explica este estudiante del colegio Cisneros.
Se quedan sin casa, sin familia, lo pierden todo. No les queda nada, sufren tanto que hasta se traicionan entre amigos. Lo que es pegarse por cualquier trozo de pan que está en el suelo o en cualquier lado donde está con tal de comer algo, morirían incluso.
Muy pocos de nosotros se paran a pensar por lo que están pasando otras gentes, vecinos de aquí al lado, que no están tan lejos.
Si es pararse un momento, el tiempo de pensar lo que están sufriendo personas que tienen los mismos derechos que nosotros, que son personas, de carne y hueso, es desolador.
Y eso, por culpa de uno o dos dictadores que deciden por los demás. Cuando a los que muchos piensan que habría que quitarles los derechos a ellos en vez de a la gente a los que se los quitan.
Y eso no es por nada más que por lo que sus cercanos hacen. Pero qué conseguiríamos con eso, nada, crearíamos la misma basura que ellos han creado. Damos las gracias a una organización mundial que se conoce en todo el mundo: Unicef.