Repasamos la máquina más perfecta, el cuerpo humano, de la mano de una alumna ficticia que recurre a una compañera para que aclare sus dudas.

Menos mal que Silvia (una compañera de clase) me aclaró todas mis dudas. Todo empezó cuando una tarde quedamos para estudiar. Ella es muy lista y lo entiende todo a la primera. En cambio a mí eso de estudiar no se me daba nada bien, y menos toda la historia esa del cuerpo humano.
Empezamos a estudiar… ¡Uff! todo me parecía chino. Así que la pregunté:

Pregunta.- Oye, ¿me puedes explicar eso del cuerpo humano?.
Respuesta.- Pero… ¿qué es lo que no entiendes?

P.- Mmm, la verdad, nada. Sé que tengo piernas, brazos, nariz y ojos. También sé la utilidad que tienen, pero no sé ni cómo ni por qué.
R.- Nuestro cuerpo está formado por muchos elementos y todos tienen una función diferente. Todos estos elementos juntos forman el «organismo» humano. Este organismo cambia constantemente, creces y cambias de aspecto, se desgasta y acaba por envejecer. El que envejezca más o menos rápido depende del tipo de vida que lleves. ¿No te acuerdas que eso nos lo dijo la profe en clase?

P.- Pues…no. No me acordaba, pero gracias tía.
R.- ¡Anda!. De nada, y ponte a estudiar que dentro de dos días es el global.

Entonces yo puse la vista en el libro intentando que todo se me quedara en mi dura cabecita. Pero nada, parecía todo un jeroglífico. Al rato me atreví a preguntarla:

P.-Silvia, ¿te puedo hacer otra pregunta?
R.-Claro, ¿qué quieres?

P.-¿Y esto de las células, los tejidos y los órganos?
R.-A ver, el cuerpo humano está formado por células, ¿no? Pues la célula esa microscópica parte de nuestro cuerpo es fundamental. A mí me parece muy curioso cómo se reproducen, una célula se divide en dos células iguales a ella y éstas se dividen en otras dos y en eso consiste. Las pequeñísimas células forman tejidos, los tejidos forman los órganos y los órganos forman los aparatos o sistemas, como el aparato respiratorio o el digestivo. Aunque hace falta que sepas para qué sirven estos aparatos, ¿lo sabes? 

P.-Tengo una idea, aunque no lo tengo muy claro. ¿Para qué sirven?
R.-El aparato digestivo es el que nos permite alimentarnos.

P.-¿Cómo lo hace?
R.-Transformando los alimentos y separando lo que puede aprovechar nuestro organismo y lo que no. Me imagino que te harás una idea de lo que hace con lo que no aprovecha.

P.- Si. Sale al exterior, ¿no? ¿En forma de qué?
R.-¿De verdad que te interesa? Pues heces. Bien. Voy a seguir. El aparato respiratorio es el que se encarga de introducirnos el oxígeno por medio de los pulmones y así se elimina el gas carbónico. Y el sistema circulatorio tiene algo que ver con los dos anteriores, la sangre se encarga de repartir el alimento y el oxígeno por los distintos tejidos. El corazón es el músculo que bombea la sangre, la recoge y la hace correr por todo nuestro cuerpo.

P.-Ya que estás en plan profesor…¿Me podías explicar por encima el sistema nervioso?
R.- Sí, no me importa. El sistema nervioso es el que se encarga de que cada órgano funcione en su momento. Por medio de los sentidos nos damos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor y reaccionar ante ello. Los nervios forman muchas ramificaciones que llegan al último rincón de nuestro cuerpo. Todos van a la médula espinal, a ésta la protege la columna vertebral.
La médula espinal termina en el cerebro, que es el centro del sistema nervioso. Por eso cuando te das un golpe y te rompes la columna vertebral puede causar una parálisis e incluso la muerte. Porque si la médula espinal sufre algún daño, el cerebro pierde comunicación con las otras partes del cuerpo.

P.- ¡Jo!, me estás dejando pillada con todo lo que sabes y lo bien que lo explicas. Cuéntame algo más del cerebro.
R.- Mmmm. El cerebro no sólo nos sirve para controlar nuestros movimientos. Está continuamente mandando respuestas a los mensajes que le llegan a través de los nervios. Antes de pensar que si pones la mano en el fuego te vas a quemar, ésta ya la has retirado por la sensación de calor que se recibe. Todo eso es muy rápido, son lo que se dice «reflejos» algunos les tenemos al nacer pero otros les vamos consiguiendo durante la vida.

P.-¡Mira que hora es! Muchas gracias por ayudarme. Me tengo que ir a recoger a mi hermano, lo siento.
R.- No pasa nada si hace falta mañana seguimos, ¿no?. Venga hasta mañana.
P.-Adiós.

Y así fue como aprobé el global de Ciencias, con la ayuda de mi amiga.

Trabajo original