El 22 de marzo un comunicado de la banda terrorista Euskadi Ta Askatasuna, ETA, anuncia el alto el fuego permanente. La noticia ha sido recibida de diferentes manera, pero para entender su magnitud es importante retroceder en el tiempo y ver cómo se formó esta organización.
El 22 de marzo del 2006, un comunicado de la banda terrorista Euskadi Ta Askatasuna anuncia un alto el fuego permanente a partir del 24 de marzo del 2006. El objetivo de esta decisión es impulsar un proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como Pueblo, según ellos, les corresponden y asegurando de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de todas las opciones políticas. Este mensaje se hizo público (a través de un video) primero a los dos canales de televisión locales correspondientes del País Vasco y a continuación fue difundido por todos los medios de comunicación tanto en el resto del territorio nacional como a nivel internacional.
Es importante para entender la magnitud de esta noticia retroceder en el tiempo y ver cómo se formó esta organización. Bilbao, 31 de julio de 1959 se funda Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi y Libertad). Es el nacimiento de ETA, una alternativa ideológica a los postulados del PNV con cuatro pilares básicos: la defensa del euskara, el etnicismo (como fase superadora del racismo), el antiespañolismo y la independencia de los territorios que, según reivindican, pertenecen a Euskadi: Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra (en España), Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa (en Francia). Se autodefinen como una «organización clandestina revolucionaria» que defiende la lucha armada como el medio de conseguir la independencia de Euskadi.
La banda terrorista logra su mayor golpe de efecto con el asesinato del almirante Carrero Blanco en el año 1973. El primer atentado masivo se produjo al año siguiente, 12 civiles morían y otros 80 resultaban heridos en una explosión. La actividad terrorista no cesa con la muerte de Franco; a pesar de las ilusiones democráticas renacen con la muerte del dictador. Los últimos años de la década de los 70 fueron especialmente sangrientos, con atentados indiscriminados que se cobran la vida de más de un centenar de personas.
En la década de los 80, ETA recrudece su ofensiva para forzar las negociaciones con el Gobierno y los atentados masivos e indiscriminados azotan a la sociedad española como no lo había hecho hasta entonces. En el año 1986, 12 agentes de la Guardia Civil mueren al explosionar un coche bomba en la Plaza de la República Dominicana de Madrid. Al año siguiente, el 18 de junio de 1987, otro coche bomba sembraba el terror en el parking del centro Hipercor de Barcelona, provocando 21 muertos y 45 heridos y seis meses más tarde un coche bomba hacía explosión frente a la Casa Cuartel de Zaragoza, dejando un balance de 11 muertos y 40 heridos.
En 1989, ETA y el Gobierno intentan dialogar y acercar sus posturas en las conversaciones de Argel, tres meses de contactos que estuvieron acompañados de una tregua de la banda terrorista, que retomó las armas tras la ruptura del diálogo. En medio de la inestabilidad provocada por el descabezamiento de la banda, la violencia callejera se convirtió en su mejor arma. Se organizaron grupos violentos que actuaban en distintos niveles.
Armas, municiones, explosivos, comandos… La maquinaria criminal de ETA requiere importantes cantidades de dinero para costear el material necesario para sus actividades, mantener su infraestructura y apoyar tanto a los etarras liberados como a sus miembros deportados, refugiados o huidos. En sus inicios, la banda terrorista consiguió financiarse mediante atracos a entidades bancarias, técnica que fue abandonado progresivamente para centrarse en los secuestros y la extorsión a empresarios a través del cobro del «impuesto revolucionario». Los métodos de extorsión de ETA incluyen el envío de cartas amenazantes a empresarios vascos, en las que se exige el pago de una determinada cantidad de dinero a cambio de que su patrimonio e incluso su integridad física y la de su familia no corran peligro. Aunque muchos amenazados han denunciado estas prácticas mafiosas, es difícil determinar cuántos llevan el «aviso» en silencio sobre sus espaldas, ante el terror psicológico impuesto por la banda terrorista, que llega a aplicar intereses de demora a quienes se retrasan en el pago. Entendemos ahora por qué para muchos éste es el mejor momento para ver el principio del fin de la violencia y de estas presiones citadas anteriormente.
El anuncio del alto el fuego fue, por supuesto, recibido de diferentes maneras: El Presidente del Gobierno, evidentemente, anunció que este suceso le inspira confianza en la unión hacia la esperanza, el Gobierno Vasco reclama a España a partir de esta situación una nueva etapa y la oposición principal, el Partido Popular, lo ve como una pausa de la banda terrorista y no como una renuncia de las armas; las reacciones internacionales también se han pronunciado de forma esperanzadora ya que el terrorismo es uno de los principales problemas en la actualidad de los países democráticos. Francia, país vecino también implicado en este proceso de paz ya que ha sufrido de forma paralela los diversos actos de este grupo, acoge la noticia con satisfacción pero a la vez con prudencia. A través de los medios de comunicación se refleja el temor latente de la población española que, en resumidas cuentas, es saber qué precio nos va costar a todos este principio de negociación para la obtención de una paz definitiva. Casi todos los diarios de España han destacado en sus editoriales la ambigüedad de las palabras utilizadas por ETA en el comunicado con el que anunció el alto el fuego permanente; mientras que una parte de la población opina que esta declaración les inspira más preocupación que esperanza, la otra parte mira de forma más optimista el final de una organización que en realidad hoy en día ya no tiene demasiado sentido. Pero ETA en el mensaje deja ver claramente la exigencia de un referéndum en el pueblo vasco dando así a conocer la posición política deseada por ellos y que el Gobierno español apruebe dicha elección sin ninguna represión al respecto.
El Gobierno español dialogará con la banda terrorista para llegar a un acuerdo donde el objetivo primordial sea la paz; escuchando lo que esta banda terrorista pide a cambio y negociándolo de algún modo, de la misma forma que con el estatuto de Cataluña, ya que para muchos ha sido la clave de este mensaje, o la gran oportunidad de ETA.
Mientras tanto el mensaje nos ha tranquilizado a todos y le aceptamos con esperanza a pesar de las dudas que surgen cada vez más por saber si este alto el fuego es definitivo o es simplemente una pausa a su lucha, para poder intentar conseguir lo que realmente quieren a través del dialogo sin necesidad de usar las armas de por medio; pero es preferible no adelantar sucesos y tomárnoslo como un paso hacia la paz tan esperada por parte de todos.
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