21 de noviembre es la fecha en la que quiere morir el protagonista de este poema y así se lo comunica al demonio. «Si tengo que morir quiero que sea un 21 de noviembre, sonriendo bajo la lluvia al mismo tiempo que la lluvia me sonría a mi».
Vi entrar al demonio
surgido del pozo del olvido
y con una reverencia
Le marqué en la frente
la fecha de mi muerte,
21 de noviembre.
Él, sorprendido, alzó la vista
Y despojándose de su capa
negra como su mismo corazón
¿Por qué ese día? Preguntó
con toda la gravedad de su voz,
como una tumba al cerrarse.
Y le respondí:
Porque ese día
la lluvia remojará los besos
de los que se creen enamorados.
Porque ese día,
un rayo cegará en algún lugar
a un peregrino hacia la luna,
para después abrir sus ojos.
Porque ese día
Wendy traicionará de nuevo
a Peter Pan, y Sherlock Holmes
caerá junto a Moriarty
Porque ese día
los héroes anónimos de todas aquellas
batallas en las que no lucharon,
volverán para llevarnos
hasta la victoria siempre.
Porque ese día
volarán los cuervos
sobre las torres de las catedrales.
Porque ese día los lagos
de hipocresía se vaciarán.
Porque ese día
lloverá y yo sonreiré
¿O lloraré? bajo la lluvia.
Porque ojalá todos los días
fuesen 21 de noviembre
y lloviese suavecito,
lo suficiente para poder disfrutar
el dulce aroma de la lluvia,
lo justo para poder sonreír
Si tengo que morir
quiero que sea un 21 de noviembre,
sonriendo bajo la lluvia
al mismo tiempo que la lluvia
me sonría a mi.