Estudiantes del colegio La Salle de Santander entrevistan a la exatleta Ruth Beitia, campeona olímpica de salto de altura en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y tricampeona de Europa.

Pregunta.- Buenas tardes Ruth, gracias por recibirnos. Para empezar, ¿quién es Ruth Beitia?
Respuesta.- Bueno ya sabéis que hace tres semanas que me retiré y, bueno, mi vida sigue muy vinculada al deporte, gracias al que he vivido 27 años fantásticos y maravillosos de mi vida junto a Ramón Torralbo, mi entrenador, mi cincuenta por ciento. Y ahora también nos toca despertar de este fantástico y maravilloso sueño que me ha tocado vivir, y lo llevo bien. Yo creo que lo peor fue el momento de transición de los meses previos, en el que he tenido molestias, dolores, que me dieron una señal para la retirada. Bueno, me encuentro bien, me encuentro bastante bien, sigo con dolores pero bueno, sigo haciendo deporte cuando me lo pide el cuerpo; sigo vinculada al deporte, sigo trabajando… Bueno, pues un poco la vida como antes.

P.- ¿Cómo y dónde te iniciaste en el deporte?
R.- Soy la quinta de cinco hermanos y todos nosotros hemos hecho atletismo. Entonces elegir el deporte fue como muy sencillo. Después, empecé haciendo Cross con seis años en el España de Cueto, en un club modesto de Santander, y con 11 años empecé a entrenar con Ramón Torralbo. Con él llevo toda la vida aquí en La Albericia y de la mano de él aprendí todas las disciplinas del atletismo. Cuando me preguntan por qué elegiste el salto de altura, siempre digo que es al revés, que el salto de altura es el que me eligió a mí, porque es en el que más destaqué. Empecé a formarme un poquito más en el salto de altura sobre los trece o catorce años.

P.- ¿A qué te querías dedicar cuando eras pequeña antes de entrar en todo este mundo?
R.- Pues es que no tengo ese recuerdo de lo que quería ser. Soy consciente de que sí quería estar en unos juegos olímpicos y ¡quién me lo iba a decir! Llevo cuatro y, de esos cuatro, dos cuartos puestos y una medalla de oro. ¡Qué más se puede pedir!

P.- ¿Al principio pensaste que ibas a llegar a tanto, participar en tantos juegos olímpicos…?
R.- No, no, no. Yo creo que era como prácticamente imposible pensar que iba a estar en cuatro juegos olímpicos, en tantos mundiales, en tantos europeos… Para mí fue algo que me ha venido con el tiempo y cada día a modo de sorpresa. Yo creo que es lo que me ha mantenido motivada durante todo este tiempo.

P.- La mayoría de los deportistas tiene un momento malo a lo largo de su carrera. ¿Tú alguna vez pensaste tirar la toalla?
R.- He pensado en tirar la toalla alguna vez, pero no con esas palabras. Sí que es verdad que igual ha habido algún momento de flojera y esas cosas. Por ejemplo en el 2008, después de los Juegos Olímpicos de Pekín, quedé séptima. Yo pensé que eran los juegos olímpicos en los que podía optar la medalla y no fue así; y ahora, por la lacra del dopaje, se han ido «cargando» gente y soy cuarta… No fue el puesto que yo quería y durante la temporada del 2009 empecé a tener pruebas combinadas con Ramón para volver a coger esa motivación y esas ganas. No fue tirar la toalla pero sí buscar un recurso para continuar cogiendo esas ganas y esa motivación por el atletismo.

P.- ¿Crees que hay mucha rivalidad dentro y fuera de la pista?
R.- Rivalidad siempre hay; y más en este deporte que es individual y cada uno vamos a lo que vamos y queremos ganar. Pero, bueno, siempre una rivalidad sana sí que hay. Yo nunca he visto ninguna zancadilla ni ningún mal gesto entre nosotras.

P.- ¿Cómo te sentiste al asistir por primera vez a unos juegos olímpicos?
R.- Eso fue un sueño hecho realidad, el sueño de estar en los Juegos Olímpicos. Luego los sueños fueron creciendo y, evidentemente, mis primeros juegos, que fueron en Atenas, fueron fantásticos. Unos meses antes me había hecho un esguince bastante gordo y me dijeron que posiblemente no fuese a los Juegos Olímpicos, pero me conseguí recuperar. No fui al 100%, pero viví lo que es el sueño olímpico, la villa olímpica, unos juegos olímpicos, el desfile, la clausura…

P.- ¿Tienes algún referente en el deporte que te motive?
R.- Tengo muchos. Pero cuando yo era pequeñita vino a La Albericia Javier Sotomayor, que es la persona que tiene el récord del mundo de salto de altura masculino. Él es cubano y ahora somos grandes amigos.
Cuando yo era pequeña me dijo que algún día sería una gran saltadora de altura y, ahora que somos amigos, lo hablamos y digo «claro, eso se lo dirías a todas», y conmigo resultó. Es una persona increíble y poder tener a tu referente como amigo ahora es fantástico.

P.- Se puede decir que has triunfado en este deporte. ¿Tú cómo definirías las claves del éxito?
R.- Yo creo que la clave del éxito han sido los 27 años con Ramón, que han sido fundamentales, en los que él ha crecido como entrenador y yo he crecido como atleta. Siempre hemos tenido la sensación de que no necesitábamos estar fuera de Santander y siempre hemos entrenado aquí. Hoy estamos en una instalación cubierta, pero hace 10 años no había instalación cubierta y era un rollo entrenar con granizo, con lluvia… Al final yo creo que fue lo que marcó un poquito la clave del éxito, que durante estos 27 años siempre hemos estado juntos y siempre hemos intentado mejorar.

P.- ¿Cómo ha influido el deporte en tu vida personal?
R.- Yo creo que soy lo que soy gracias al deporte. Ahora con las redes sociales puedes estar con el WhatsApp en cualquier parte del mundo y estar conectado con la gente, o con Skype o con Instagram, y te vas enterando de todo. Porque claro, cuando yo tenía vuestra edad y salía a competir no existían móviles, tenías que cambiar la moneda en función del país al que fueras y tenías que comprarte una tarjeta e ir a una cabina de teléfonos para hablar con tu familia: «He llegado, estoy bien, adiós, ya os contaré, vuelvo dentro de una semana». Ahora es como muy fácil, pero es lo que os digo, yo creo que soy lo que soy gracias al atletismo, que me ha dado la oportunidad de viajar, me ha dado la oportunidad de descubrir distintas culturas, razas, religiones… Antes tampoco estaba todo tan globalizado y no había tanta inmigración. Yo creo que me ha dado la oportunidad de conocer mundo desde muy joven.

P.- ¿Cómo te sientes cuando la gente te reconoce por la calle para saludarte, hacerte fotos…?
R.- Me siento privilegiada, porque la gente siempre me trata con muchísimo cariño y es divertido el que vayas por la calle y la gente te pare y te diga cosas, te hable, te pida fotos, te pida un autógrafo… Es divertido y me siento una privilegiada por levantarme cada día con la sensación de que tengo mogollón de ganas de ir a entrenar o el día de la competición de ir a competir… Y esas cosas son las que da el deporte.

P.- ¿Alguna anécdota que nos puedas contar?
R.- El otro día me pasó una cosa súper bonita. Ya me había retirado y vino una señora cuando yo estaba sentada comiendo con mi novio en un restaurante y me cogió la cara y me dijo: «¿Y ahora que vamos a hacer sin ti?» Y la dije que yo sigo aquí, que no se preocupara y que seguiré vinculada al deporte; haré cosas y estaré en los sitios para que la gente me vea y siga estando feliz conmigo.

P.- ¿Cuántas horas entrenabas al día? Y ahora, si es que lo haces, ¿cuántas?
R.- En los últimos períodos realizaba una sesión al día entrenado durante dos horas y media al día. Antes de los Juegos Olímpicos de Londres del 2012 entrenaba mañana y tarde, y salían unas nueve o diez sesiones a la semana; no todos los días, pero cuando doblaba entrenamiento salían unas cuatro horas y media o cinco. Ahora hago lo que me pide el cuerpo. Cuando tengo tiempo pues igual me voy a patinar una hora o me cojo la bici y me voy tres horas por ahí, o me voy a hacer alpinismo, senderismo y estoy cinco o seis horas. Ahora depende del tiempo que tenga y sobre todo cuando me levanto dolorida me voy a patinar o me voy a andar. Cuando me voy a andar suelo andar unos 10 kilómetros en una horita; voy rápido, casi corriendo. El otro día corrí mis primeros 5Km en Madrid, en la carrera de Vallehermoso, y fue divertido. Fue sorprendente, porque imaginaos la Castellana, es decir, la calle principal de Madrid, sin coches y donde puedes correr libremente. Fue algo mágico.

P.- ¿Piensas hacer algo en un futuro relacionado con tu carrera?
R.- Bueno, sigo haciendo, pero también estoy estudiando Psicología. Porque yo soy fisioterapeuta, pero me encantaría en un futuro dedicarme a la psicología deportiva.

P.- ¿Crees que ya era la hora de la retirada? Cómo te sientes?
R.- Yo creo que fue el momento indicado. Por mí hubiese seguido saltando hasta el 2050. Yo digo que esa siempre será mi pasión y me lo pasaba genial, hacía de todo. Pero llega un momento en el que las cosas tienen que acabar. Sí que es verdad que en 2012 lo iba a dejar, pero volví a los cuatro meses. Este año, sin embargo, he visto la otra cara de la moneda.

P.- Tras el intento de retirada del 2012, ¿volviste con muchísima motivación o cómo fue?
R.- Motivada siempre, porque yo soy una persona súper motivada y motivadora. Además, me encanta que todo el mundo de mi alrededor esté feliz, esté contento. Y, bueno, pues volví motivada, pero sobre todo con una sensación de que, independientemente de cuál fuese el resultado, todo sumaba. Ya no existían ansiedades, ya no existían nervios innecesarios ni cosas negativas sino que todo iba a ser una oportunidad, una segunda oportunidad que me había dado la vida y tenía que aprovecharla con la felicidad que me caracteriza. Yo creo que han sido los mejores años y quitar esa ansiedad y esas piedras de la mochila, como decimos en el argot deportivo y en el argot psicológico, es una gozada.

P.- ¿Piensas que el deporte femenino está infravalorado?
R.- Depende de en qué disciplinas. Yo creo que en los deportes individuales, si hablas de natación hablas de Mireia Belmonte; si hablas de atletismo, hablas de Ruth Beitia aparte de otros más; si hablas de bádminton, hablas de Carolina Marín. Pero en los términos de fútbol se habla de los equipos de chicos. Si se habla de baloncesto, se habla del equipo de chicos. Siempre tienen más referencia los deportes de chicos. Entonces creo que depende de en qué deporte debiéramos dar un poquito más de visibilidad al deporte femenino.

P.- Por otro lado, ¿por qué decidiste unirte al mundo de la política?
R.- El mundo de la política fue una idea que surgió. Yo ya llevaba unos años en el Partido Popular de Cantabria cuando el presidente de la comunidad, por aquel entonces Ignacio Diego, me ofreció ir con él en las listas. Me lo pensé y llegué a la conclusión de aceptar si lo podía compatibilizar con el deporte y bueno, fue fácil la decisión. Sí que he podido compaginar mi trabajo con el deporte y hubo un momento en el que me permití la licencia de dejar el teléfono en el coche cuando entrenaba; luego tenía que devolver las llamadas, pero estaba guay.

P.- Pues ya hemos acabado. Muchísimas gracias, Ruth.
R.- Muchas gracias a vosotros, chicos.