Los escolares de sexto de Primaria del CEIP Quinta Porrúa de Santander entrevistaron al consejero de Educación, Francisco Fernández Mañanes,  aprovechando su visita a este centro educativo para inaugurar oficialmente los ‘Talleres InterAulas’. Los reporteros le preguntaron a Fernández Mañanes sobre  temas tanto personales, como del ámbito de la educación y de su trabajo profesional.

Pregunta.- ¿Tienes alguna idea para el futuro de la educación en Cantabria?
Respuesta-
 Tengo muchas. Tenemos una de las mejores educaciones de España, pero eso no quiere decir que todo vaya bien. Todavía hay muchos niños y niñas y jóvenes que están en el sistema educativo y no les va muy bien y hay que ayudarles. Para mí es fundamental que todos consigan alcanzar lo más posible en la escuela. Eso es lo que entiendo por el éxito educativo. La idea es trabajar sobre todo para que todo el mundo alcance sus mayores metas por la escuela y por el instituto, por donde también tendréis que pasar.

P.- ¿Si te proponen ser ministro lo aceptas o estás cómodo aquí, en Cantabria?
R.-
Estoy infinitamente cómodo aquí, en Cantabria, y no se me ha pasado por la cabeza que me nombren ministro. Yo tengo un compromiso con esta tierra y trataré de cumplirlo hasta el final. No tengo ningún otro horizonte. Yo me he dedicado durante 25 años a la enseñanza y creo que no hay profesión más hermosa que la de ser docente. Estoy deseando volver a la docencia y volveré a ese trabajo que a mí me llena mucho y es mi vocación.

P.- ¿Qué opinas de la revista ‘Red-acción’?
R.-
La mejor opinión, es una de las revistas escolares más antiguas de España y tiene el mérito de haberse mantenido durante 20 años. Cada día sois más los que participáis y como su nombre indica estáis en red un montón de chicos y chicas. Ahora es más fácil poneros en red con las nuevas tecnologías. Estáis descubriendo un mundo apasionante, que es el de la comunicación. La revista aporta mucho. Seguro que de aquí saldrá un redactor, un periodista, un escritor…

 

Fernández Mañanes comenta un dibujo del aula.

 

P.- ¿Qué harías para mejorar nuestro colegio?
R.-
Es una pregunta difícil. Lo primero, igual tendríamos que tirar este colegio. Lo importante en la vida es el contenido. Pero a veces el continente condiciona mucho el contenido y este es uno de los pocos colegios que hay en vertical, un edificio que hoy no se construiría. Veis los colegios de alrededor o más o menos nuevos y desde luego no se construyen en vertical, se construyen en horizontal para facilitar las cosas, la comunicación entre todos, la confortabilidad de los alumnos. Pero del contenido cambiaría muy poco, por no decir nada. Estoy muy orgulloso de lo que se hace aquí, de todos los programas, desde el ajedrez, el programa de prevención del acoso, el refuerzo, el programa lingüístico, y es un mérito. Aquí hay niños muy diversos, de 15 nacionalidades, y tenéis unos resultados más que aceptables, lo que significa que hay un trabajo detrás muy importante del profesorado. De esto cambiaría poco. Del continente habría que cambiarlo casi todo.

P.- ¿Por qué te gustó ser consejero de Educación y no de otra cosa?
R.-
Me ofrecieron ser consejero de Educación, Cultura y Deporte. Por qué no me va a gustar si la profesión a la que me dedico y me he entregado durante 25 años es la docencia. Para mí es un orgullo ser consejero de Educación.

P.- ¿Cuando eras pequeño te gustaba el colegio?
R.-
Sí, me gustaban más unas clases que otras, unos maestros que otros, como a todos. Pero sí, me gustaba. Por eso luego seguí estudiando y seguí estudiando y sigo estudiando y, es más, me dedico a ello, a la educación.

 

El consejero de Educación respondiendo a una de las preguntas planteadas por los escolares.

 

P.- ¿Cuál es el caso más difícil al que te has enfrentado desde que estás en el cargo?
R.-
Cada caso que llega a la Consejería de acoso escolar para mí es un dolor enorme, porque algo ha fallado. No hemos conseguido prevenirlo, no hemos conseguido pararlo a tiempo. Para mí es un fracaso. También cuando veo los resultados de un centro educativo y hay demasiados repetidores, demasiados niños que suspenden, también es un motivo enorme de preocupación. Pero también, si leéis la prensa, veis que tengo un desencuentro importante con los sindicatos docentes en torno al horario lectivo en Primaria. Y eso me está costando mucho y muchas preocupaciones.

P.- ¿Alguna vez has tenido una idea diferente de la que tiene el presidente (Miguel Ángel Revilla) y habéis tenido una discusión?
R.-
Sí. Somos de diferentes partidos y, aunque fuéramos del mismo, no siempre tenemos la misma opinión, pero tenemos mecanismos civilizados para ponernos de acuerdo. Y, evidentemente, el presidente es quien tiene la máxima autoridad en el Gobierno de Cantabria. Yo le traslado mis opiniones, le expreso mis dudas o mi postura pero, naturalmente, me someto a lo que decida el Consejo de Gobierno en el que estamos todos los consejeros y el presidente que lo dirige.

P.- ¿Por qué nos ha subido media hora más de cole?
R.-
Nosotros tenemos unas leyes que cumplir. En otras comunidades autónomas tienen jornada de cinco horas todos los meses del año. Teníamos que cumplir con una ley que nos obligaba a esto. Menos mal que una cierta interpretación nos ha permitido poder mantener en parte la jornada reducida y habéis empezado las dos primeras semanas con cuatro horas de clase. Ahora estáis con cinco horas… ¿y estáis bien? ¿Os gustaría tener menos? (risas)

Reporteros.- ¡¡¡¡Siiiiiii… una menos y más recreo!!!!

Vosotros venís al colegio a aprender. Sois de sexto y vais a pasar a Secundaria y tendréis seis horas de clase.

Los escolares atienden a las respuestas del consejero de Educación durante la entrevista.

 

P.-  ¿Cuándo eras pequeño querías ser consejero?
R.- 
No. No sabía lo que era, porque entonces no existían los consejeros ni las comunidades autónomas.

P:- ¿Qué es lo que menos te gusta de tu trabajo?
R.-
Te lo he dicho en una anterior respuesta. Cuando no conseguimos alcanzar las metas que nos hemos propuesto. No siempre se puede conseguir todo y no todo depende de la voluntad del consejero de Educación ni de su equipo y esto resulta frustrante. Quieres llegar a un punto, pero no llegas. Hay obstáculos que te lo impiden y es difícil.

P.- ¿Alguna vez has pensado ser consejero y hacer otra cosa?
R.-
Sí, claro. De hecho no voy a ser consejero toda mi vida. Sólo llevo un año. Ya fui diputado ocho años y cuando estaba en el sexto año sentí la llamada nuevamente de la tiza y la pizarra y volví a mi centro educativo a dar clases. Me considero un docente muy vocacional y seguro que sentiré en breve la llamada.

P.-  ¿Alguna vez has quitado alguna asignatura de algún centro?
R.-
No. Normalmente los centros educativos plantean cosas muy razonables. En cualquier caso, las asignaturas ya están establecidas. Los programas que plantean los centros son siempre razonables, pensando en lo mejor para vosotros y en vuestro bienestar y en vuestro crecimiento y madurez, porque aquí estamos para prepararnos, ser buenos ciudadanos y tener una buena formación que luego te permita poder tener un buen empleo y ser un ciudadano responsable, que cumple con sus obligaciones y que exige sus derechos. Y esto es lo que se hace en la escuela. No perdamos esto de vista. Permite socializar y estar juntos.

P.- ¿Y hay algunas que sea mejor quitarlas por la poca gente que se apunta a ellas?
R.- 
Si no hay alumnos matriculados en una asignatura o hay muy pocos no se puede impartir, porque sería muy costoso tener a un profesor para sólo dar a dos o tres estudiantes. No tenemos dinero para eso ni aquí ni en ninguna parte del mundo.

P.- ¿Ha influido ser profesor anteriormente para ser consejero de Educación?
R.-
Sí, si me hubieran ofrecido ser consejero de Obras Públicas no hubiese aceptado. Entre otras cosas porque uno en la vida tiene que saber aquello en lo que puede aportar algo y, evidentemente, después de 25 años en la educación entiendo que puedo aportar algo de mis  conocimientos, de mi experiencia… Me ayuda a entender mejor el fenómeno de la educación el hecho de ser profesor.

P.- ¿Cuándo supiste que querías ser consejero?
R.-
(Risas) No lo supe exactamente así. El proceso fue de otra manera: quien decide estas cuestiones me planteó si quería ser consejero, insistió, insistió, insistió y, finalmente, yo le dije que sí.

El consejero sonríe ante la espontaneidad de los jóvenes reporteros.

 

P.- ¿Y por qué lo aceptaste?
R.-
También hay que comprometerse. Primero con los compañeros de tu partido que te lo proponen y también con la cosa pública. Quienes se ocupan de gobernar son personas que tienen que pensar en los intereses generales, no en el interés particular. Y  como no hay recursos para todo hay que decidir dónde aplicarlos, que es lo más difícil. Y eso obliga a hacer una labor de priorizar y seleccionar qué es lo más importante y mejor atiende a esos intereses.

P.- ¿Alguna vez te han ofrecido un puesto mayor al que estás ocupando ahora mismo?
R.-
No, no me lo han ofrecido. Pero es que ser consejero de Educación ya es mucho para alguien que ama tanto la profesión, como es mi caso. Es un altísimo honor serlo.

P.- ¿Te hubiera gustado ser lo que querías ser de pequeño?
R.-
Yo de pequeño ya tenía claro, con pocos años, cuando empecé al instituto, que quería ser  abogado. En el camino, cuando estudiaba la carrera de Derecho en Salamanca, empecé a dar clases en una academia para abogados extranjeros y ahí ya perdí la vocación de abogado y gané la vocación de profesor, para suerte mía.

P.- ¿Te parece bien que en unos colegios haya sólo clase por la mañana y en otros por la mañana y por la tarde?
R.-
Eso lo decide la comunidad educativa. Es difícil conciliar los intereses del profesorado, también de las familias… Es un tema difícil. Si me preguntaran qué es mejor: tener más espacio de tiempo, no tan seguidas las clases, diría lo segundo. Pero también  hay que entender a los maestros, que son trabajadores y también quieren un horario que sea más favorecedor para conciliar.  Muchos expertos dicen que sería mejor la jornada partida porque no madrugaríais tanto, habría un descanso intermedio importante, sería más propicio para el bienestar. Otros consideran que eso influye poco, que es mejor una unidad más compacta. Pero, en definitiva, como ocurre en casi todas las cosas, hay intereses muy diversos.

La redacción al completo de sexto del CEIP Quinta Porrúa junto al consejero y la directora general de Innovación y Centros Educativos, Isabel Fernández.

 

P.-  ¿Tienes que estudiar lo mismo si quieres ser consejero que otra cosa?
R.-
 Para ser consejero, en principio, no se pide una carrera determinada. Pero normalmente los consejeros tienen que tener un cierto conocimiento del sector, pero no es necesario tener una determinada carrera.

P.-  ¿Te han hecho alguna propuesta que no te ha gustado?
R.-   
Muchas, a diario.    

P.-  ¿Del 1 al 10?
R.-
Generalmente son muy razonables. Pero hay algunas que no me gustan nada.

P.- ¿Te ha gustado nuestro colegio? No hace falta que vayas al gimnasio si subes todos los días las escaleras…
R.-
A pesar de que está en un edificio que es muy complicado, el colegio está muy bien.

 

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