Los alumnos de 6º curso han visitado el Centro de Educación Medioambiental de Caja Cantabria en Polientes, allí han aprendido muchas cosas que nos cuentan en tres artículos: ‘La ruta de las energías’, ‘El Tobazo’ y ‘El Monte Hijedo’.
1/ La Ruta de las Energías
Por Alvaro Felipe Gómez, Aroa Cuesta y Jorge Moya.
La energía es esencial en el funcionamiento de sociedades industriales modernas. En este artículo aprenderemos a reconocer los diferentes tipos de energías, y cómo funcionan.
Cada uno de nosotros usamos energía. Generalmente usamos gas o petróleo para calentar nuestro hogar, iluminarnos o para hacer funcionar los electrodomésticos u otros aparatos. Nos desplazamos usando la gasolina y consumimos cientos de productos elaborados con notable empleo de energía.
¿Qué hacen los países pobres para calentarse, cocinar o iluminarse?
Fuimos a un molino que se construyó hace más de 200 años. En Valderredible, antiguamente, funcionaban 25 molinos como éste casi 24 horas diarias, pero ahora en Valderredible sólo queda un molino que trabaja horas escasas.
Cuando Julio, el molinero, abre la compuerta que va dar a un canal que ha hecho él mismo, una piedra en forma de rueda queda fija mientras otra encima gira y, así, el cereal colocado entre ambas se muele.
Julio, el agua que recoge no lo guarda, es decir, una vez que lo ha utilizado lo devuelve al río.
Antes el agua del río Ebro cubría casi entero el molino.
La maquila era la forma de pago que se utilizaba antes y como el pueblo era pobre lo pagaban con la mitad de lo que molían.
En la Ruta de la Energías también vimos otras clases de energías que contaminaban y que no contaminaban.
El Gas Natural
La energía del gas es algo contaminante también, podríamos decir que es la finolis porque hay veces que le apetece viajar en barco. Por donde hay varillas amarillas indican que el gas natural va por debajo de la tierra a un metro de profundidad.
Energía Solar
La monitora llevaba una linterna solar, es decir, una linterna que la pones a la luz del sol y depende de cuanto tiempo la tengas al sol, más te durará la luz.
Los paneles solares cuestan mucho dinero, pero son los que menos contaminan y te duran para siempre.
La energía solar es una energía natural y que no contamina. Tampoco se agota.
La Central Térmica
La central térmica es contaminante y también se agota. En España las fuentes más usadas son: la central térmica 41’8 %, Nuclear 38’2 %, Hidráulica 13’3 %. El petróleo, gas natural y el carbón son contaminantes y además una vez que los quemas no se pueden volver a utilizar. La energía hidroeléctrica no es contaminante y se puede utilizar todas las veces que quieras y nunca se agota.
2/ El Tobazo
Por Lucía Alvarado, Rubén González, Adrián Fernandez y Carlos Navarro.
Él último pueblo de Cantabria se llama Villaescusa de Ebro. Allí paró el autobús. Comenzamos a caminar hacia el Tobazo.
El Tobazo es un valle estrecho formado por la roca caliza. Para saber si es caliza se echan unas gotitas de vinagre y sale espuma. Al rato llegamos. Todo lo que estaba a nuestro alrededor estuvo cubierto de mar hasta hace unos 65 millones de años (en la época de los dinosaurios). Pero ya no hay mar porque cuando chocan placas, se crean las montañas, y el mar se extiende hacia los lados. Ahora lo que hay es un valle de montañas junto a una cascada.
Seguimos caminando hacia arriba, pero de vez en cuando hacíamos paradas en las que nos explicaban como se transforma la piedra Toba: el agua que lleva bicarbonato se pone encima de las plantas que crecen encima de las rocas y las asfixian, entonces se caen de las rocas y dejan unos pequeños agujeros, y esa roca con agujeros se llama Toba, por eso el valle se llama Tobazo.
Al rato llegamos arriba donde nos sentamos al lado de un nogal. Y vimos que el agua procedía de una cueva que había allí, que era el agua que se acumulaba de la lluvia. Ésta no se sabía si era potable o no porque podía haber arriba de la montaña plantaciones o hasta un basurero.
Después estuvimos hablando sobre los tipos de plantas que había en la zona. Una de las plantas de las que estuvimos charlando fue la aulaga que tenía unas pequeñas hojas terminadas en pinchos para absorber y conservar bien el agua. También vimos el brezo que utiliza la misma técnica.
Otras plantas de la zona son: El rosal silvestre también llamado rosa canina que a su fruto se le llama vulgarmente «tapaculos»; el escaramujo que sirve para quitar catarros, el quejigo que es un tipo de roble, la galluva o uva de oso de cuyo fruto se alimentan los osos, el sauce y el haya.
Otra de las plantas del lugar era el eléboro fétido. De la cual se decía que las brujas la tomaban como droga y se imaginaban que estaban volando sobre una escoba.
A continuación fuimos al interior de una cueva de hace unos mil años que antiguamente fue una iglesia rupestre que se conoce con el nombre de Eremitorio porque ahí se retiraban a orar los monjes eremitas. Ya dentro de ella nos enseñaron las partes en las que se dividía la cueva: la cocina, despensa, dormitorio, etc. Los monjes hacían huecos en forma de arcos en las paredes y dentro de ellos tallaban crucifijos.
Otras formas en las rocas se hacían naturalmente ya que la composición de éstas era caliza, es decir, una roca muy dura para tallar, y la propia naturaleza se encargaba de realizarlo. En esta cueva se refugiaban los monjes para evitar que les matasen en la guerra. Ellos no vivían siempre en la misma cueva cada pocos meses se cambiaban. No comían mucho, pues con un trozo de pan, leche y vino se conformaban.
Para regresar bajamos por una cuesta muy inclinada hasta llegar a un pequeño bosque de hayas, y por fin llegamos al autobús.
3/ El Monte Hijedo Por Lucía H, Aarón R, Pablo G, Pedro Santos M, Marina Tobaruela y Guadalupe Jiménez.
Cuando, en la Alta Edad Media, monjes de La Rioja se trasladaban a evangelizar los territorios situados al Norte de Castilla, decían los cronistas que para llegar a las fuentes del Ebro era necesario atravesar la selva del Monte Hijedo, de extraordinaria frondosidad y poblada de terribles fieras.
Probablemente aquella selva cubría gran parte de los actuales términos municipales de Valderredible, Valdeprado y Las Rozas. Hoy solamente queda el nombre, el robledal situado en la cuenca del río Panero, afluente del Ebro, en el Norte del término de Valderredible.
Historia
A mediados del siglo pasado, cuando por el recién creado cuerpo de Montes se elaboró la relación de montes excluidos de la desamortización o privatización, todavía figuraba el Monte Hijedo con una superficie de 6.207 has. Y poblado de las especies roble y haya. En el año 1967, la superficie era de 1.218 has.
El monte pertenece a los pueblos de la Población de Arriba y de Abajo, Ruijas, Arenillas, Ruerrero, Riopanero y la Serna, todos del término municipal de Valderredible.
La importancia actual del Monte Hijedo reside en que se trata de la masa forestal de roble albar o Q. Petrea más importante de Cantabria y, con el robledal de Garralda, en Navarra, los más importantes de España. El Q. Petrea y el Q. Robur o roble común, son las dos especies de roble más corrientes en Europa central, incluido el Norte de España.
En la zona costera de Cantabria y en los valles de interior aparece solamente el roble común, pero ya en las partes altas de estos valles, y sobre todo en las tierras altas de la vertiente sur o de la cuenca del Ebro, es más frecuente el bosque del roble albar. No es, sin embargo,clara la delimitación del área de ambas especies, pues es corriente su hibridación entre sí o con la otra especie de roble también abundante en el Sur de Cantabria, el rebollo, roble tocio o Q. Toza.
En los siglos XII y XIII la Marina cantábrica alcanzó un gran auge. La bahía de Santander era entonces el puerto más importante del Cantábrico, y también lo era en cuanto a la construcción de barcos.
En el siglo XVIII, para fomentar la construcción de navíos de la Armada, la Corona dio a la Marina más y más privilegios en la administración de los bosques y en aprovechamiento de la madera apta para la construcción naval. Todos los montes que se encontraban a menos de 138 km. de las costas o ríos navegables dependían de los intendentes de la Marina. En estas zonas, la Marina podía marcar y cortar los árboles adecuados para la construcción naval, mientras que toda persona privada estaba obligada a pedir un permiso especial del intendente para la corta de la madera.
Debido a su distancia de la costa y a las dificultades de transporte, no fueron precisamente el Monte Hijedo y los robledales situados en la cuenca del Ebro tan afectados por este tipo de explotación como resultaron los situados cerca del litoral.
Aunque el Monte Hijedo se encontraba algo alejado de las zonas de actuación próxima a las fundaciones de La Cavada o Liérganes, no lo estaba de otras más cercanas instaladas en la ribera del Ebro, siendo conocida hasta tiempos recientes la ubicada en Bustasur. Es indudable que la extensión selvática que antiguamente ocupaba el Hijedo se vio seriamente deteriorada y mermada como consecuencia de las cortas incontroladas para producir carbón vegetal, y los posteriores incendios, en la forma que se ha descrito anteriormente, aunque en esta zona de clima continental el fenómeno de viento sur es de menor riesgo que las sequías estivales.
El deterioro del bosque de roble albar dio paso en grandes extensiones a la implantación de roble tocio o rebollo, más frugal que el anterior y resistente al fuego a causa de su potente sistema radical. En otros lugares la regresión del bosque dio paso directamente al matorral de argomas y brezos, y en enclaves favorables por microclima y suelo o por la forma de realizar las explotaciones, se mantuvo, entre otras.
Manchas de menor extensión e importancia, el robledal denominado Hijedo, que hoy podemos contemplar, en el que es fácil observar restos de carboneras formadas por una plataforma de escasa superficie donde permanecen los restos de carbón bajo la capa vegetal de residuos posteriores.
Todavía en los años 30 se realizaban cortas a hecho en apreciables extensiones sobre la mancha boscosa que hoy constituye el Monte Hijedo, para elaborar carbón o bien para el consumo de hogares. Fue en los años 40 cuando la administración forestal empezó a tomar medidas para reducir este tipo de cortes e implantar cortas selectivas que permitieran el desarrollo de brotes y la transformación en un monte alto. En aquellos años de penuria era mucha la gente que vivía del monte y muy arraigadas formas anárquicas de explotarlo, por lo que fue muy dura la tarea de los guardas forestales que intentaban poner orden en aquella situación. Como en otros muchos casos, gracias al celo profesional de unos pocos funcionarios anónimos, apoyados por gentes sensatas de los pueblos y juntas vecinales, podemos hoy contemplar la maravilla selvática de este enclave.
Vegetación
El bosque del Monte Hijedo, en escala, más o menos sería:
Árboles, arbustos, plantas, hierbas y hierbajos.
El roble que domina parte de la vegetación del Monte Hijedo, es el roble albar. En los robles es frecuente encontrar huevas de avispas llamadas hagayas. Las avispas ponen la hueva en la hoja. La hagaya es más o menos redonda y frecuentemente de un color amarillento.
Descripción del roble albar
El roble albar o roble sesil y la cajiga o roble pedunculado , en Cantabria nacen y se desarrollan espontáneamente por todo su territorio.
De roble sesil es el famoso robledal del Monte Hijedo, que es el mayor de Cantabria. En las zonas bajas de la región el pedúnculo es abundante.
Tanto el roble sesil como el pedúnculo son árboles de hasta 30-40 metros de altura, de copa muy alta y regular. Se diferencian fácilmente porque, sus hojas, que son más o menos membranosas y caducas.
Ejemplares aislados:
En Bustillo del Monte (Valderredible), << El Abuelo >>, es famoso y monumental roble, muchas veces centenario, que tiene un tronco que mide 8,80 metros de perímetro. Se encuentra en pleno monte.
Descripción del haya
El haya es un árbol autóctono. En Cantabria aún se conservan buenos bosques de haya en las laderas y fondos de valles de climas frescos y húmedos. Eligen suelos profundos, muy frescos e indiferentes al sustrato. Los más inteligentes que podemos admirar en esta región se encuentran en Liébana, Cabuérniga, Polaciones y Soba. Antiguamente, junto con los robledales, los bosques oscuros de haya cubrían gran parte de la región, pero en la actualidad se encuentran en regresión. Los hayedos se desarrollan, generalmente, entre los 800 y los 1.700 metros pero también hay hayedos muy cerca de nuestro litoral, como, por ejemplo, en el Monte Cerredo, próximo a Castro Urdiales.
Se trata de un árbol esbelto, de hasta 40 metros de altura, de copa amplia, aplanada y muy ramificada. Su corteza es lisa y cenicienta o blanquecina. Sus hojas ovadas o elípticas, agudas, de margen ondulado, ciliadas y cortamente pecioladas. El follaje, en el otoño, adquiere unos bellísimos colores amarillos y anaranjados, finalizando, antes de caer la hoja en unos tonos pardo-cobrizo. Las flores son de dos clases, masculinas y femeninas. Los frutos, llamados hayucos, son trigonales, contenidos en un involucro leñoso y con aguijones que se abren, al madurar, en cuanto valvas.
Descripción del acebo
El acebo en Cantabria es autóctono. Se cría espontáneamente en todos los bosques, prefiriendo los suelos acidificados; desde casi el nivel del mar hasta, los aproximadamente, 1.300 metros.
Arbolito o arbusto dioico que puede llegar a medir 15 metros de altura. Las hojas son alternas, de cortos peciolos, coriáceas, rígidas, perennes, verdes brillantes por el haz, ovales o elípticas i con el margen dentado y espinoso, aunque, a veces, es sólo dentado. Las flores son unisexuales, pequeñas, blancas, dispuestas en racimos axilares y brevemente pendunculas. Fruto drupáceo, globuloso, carnoso y de color rojo escarlata. Su floración es en IV-VI y su fructificación en X-XI.
Una vieja leyenda dice que el primer acebo surgió bajo los pies de Cristo camino del Calvario y sus hojas espinosas y frutos rojos son interpretados como signos de sufrimiento de Jesús.
En los bosques, durante la invernada, por ser una de las pocas especies de hoja perenne, hace que los acebos sean un refugio ideal para la fauna, sirve de forraje natural de los herbívoros y, sus hojas espinosas, son protectoras contra los depredadores alados. Muchas veces los acebos no tienen su fruto o bien porque el acebo que no tiene fruto es macho o porque no es la época, pero es más acertada la primera conclusión.
Descripción del tejo
El tejo o tejo común es un árbol que crece y se desarrolla en Cantabria de una manera espontánea (autóctono) por toda ella; preferentemente en las laderas sombrías, barrancos y hondonadas de las montañas, expuestas al Norte, procurando evitar el estar a pleno sol. Prefieren los suelos calizos.
Es un árbol pequeño con copa compuesta, a menudo, de varias ramificaciones, extendida y muy densa. Ramas numerosas y ramillos cortos y algo colgantes. Hojas de 15 a 25 milímetros, suaves, planas, carenadas y verdes oscuras brillantes por el haz y verde amarillentas y mate por el envés. Frutos solitarios, de 5 a 7 milímetros de longitud y de color rojo vivo en la madurez. Todos los órganos de este árbol son tóxicos y lo único inocuo, que no tiene le taxina (alcaloide venenoso), es el arilo carnoso y encarnado del fruto, pero quitándole las semillas.
Hay tejos machos y tejos hembra, pues las flores masculinas y femeninas se encuentran en distintos árboles. Tienen un crecimiento muy lento y gran longevidad.
Es un árbol que soporta muy bien las atmósferas contaminadas y es muy resistente al frío. También es una especie de primer orden para constituir setos o formas talladas. Existen gran cantidad de cultivariedades. Muchos componentes de las medicinas se suelen sacar de los bosques, uno de ellos del tronco del tejo y era un invento contra el cáncer.
Arándanos
Siempre se encuentran debajo de las hayas, los arándanos son morados, los osos los suelen comer y una de las utilidades del arándano es hacer mermelada con él.
LA FAUNA
Buitres: En Cantabria hay una variedad de buitres, pero algunas de las especies son el alimoche, el quebrantahuesos (Pirineos), el negro y leonado. Estos dos últimos se suelen encontrar en las peñas una de ellas en las de los Cañones del Ebro. Los buitres comen carroña y animales muertos, y cuando el buitre tiene el pico muy frágil, empieza comiendo las zonas blandas de su presa, como los ojos y si todavía esta muy duro pues meten la cabeza por el culo de su presa y empieza a comerla los intestinos.
Corzo: Un animal típico del Monte Hijedo es el corzo, es una especie de ciervo y sus huellas se parecen a las del jabalí. Siempre se sabe cuando si va andando o corriendo, dos razones; porque le ves correr o andar o por las huellas.
El corzo siempre se sale de sus límites para poder realizar sus necesidades básicas.
Lobo: El lobo es un animal autóctono de Cantabria. Este animal es un depredador al igual que el zorro. El lobo está en peligro de extinción. Una de las razones porque el lobo está en peligro de extinción es que porque el hombre le mata porque dice que se come a su rebaño (que puede ser verdad). Uno de los recursos para matar al lobo, eran las palizadas de piedra que servían para engañar al lobo y supuestamente matarlo.