En ‘Podrías ser tú’ un grupo de alumnos de 4º de la ESO del IES Estelas de Cantabria expresan los sentimientos que les causó la noticia de la muerte de dos niños guineanos, indagan sobre las causas de la huida de su país y claman por una solución rápida y definitiva.

Más alto pero no más claro se puede definir el acto de valentía realizado por los dos jóvenes guineanos, de 14 y 15 años, que tenían muy claro su objetivo y murieron en el intento de conseguirlo. Este no era otro que hacer llegar a los responsables de Europa una carta en la que explicaban la situación de su país.

Estos niños consiguieron que todo el mundo la leyera, pero ellos murieron de hipotermia e hipoxia, ya que iban en el tren de aterrizaje de un avión destino a Bruselas.

Su historia nos hizo reflexionar y darnos cuenta de que en realidad tenemos mucha suerte de haber nacido en esta zona del planeta.

Otro ejemplo de desigualdad bien claro es el trato que reciben los trabajadores del Sur. Obtienen bajos salarios que no compensan las horas de trabajo invertidas.

Empresas multinacionales explotan a menores. Estos están expuestos a una gran tensión porque, al finalizar sus clases, tienen que trabajar, lo que perjudica a su rendimiento escolar e incluso, a veces, esta explotación les obliga a dejar los estudios para poder llevar algo a su boca y a la de sus familias.

La causa: la sociedad capitalista

La causa de estos problemas se origina por el consumismo que produce nuestra sociedad capitalista. Los altos mandatarios de la economía son los que permiten que los menores de edad trabajen para las fábricas a los que ellos encargan esos envíos.

Así que nosotros creemos que no les tendrían que pagar ni pedir más envíos hasta que los menores de edad dejen de trabajar y las personas del Tercer Mundo dejen de recibir tan bajos salarios.

Los gobiernos deberían intentar poner paz y combatir el hambre. Además, los países ricos tienen la obligación de darse cuenta de esa necesidad y colaborar.

Con este hecho, esperamos que los pueblos, tanto los desarrollados como los subdesarrollados, ayuden a esos niños que todavía están vivos. Que lo hagan pronto porque este suceso u otros similares se repetirán. A esta gente, lo mismo les da arriesgarse a morir por salvarse o quedarse, y morir.

Cuando nos llegan noticias así, nosotros nos dedicamos simplemente a comentar «¡Qué pobre gente!, cuánto deben de sufrir!», pero sólo son pensamientos, y los pensamientos no arreglan nada. Existen organizaciones no gubernamentales en donde cada uno de nosotros podría contribuir para que su vida fuese más fácil.

Si todos diéramos una mínima parte de lo que tenemos, quizá los guineanos Yaguine y Fodé no hubiesen muerto.
Recuerda que podrías ser tú.

Trabajo original