La nieve caída este invierno en los pueblos de montaña de la región ha alterado, como todos los años, el ritmo habitual de sus habitantes. Alumnos del instituto Jesús de Monasterio de Potes nos relatan su experiencia cuando el tiempo se complica.
1.- El día que cayó la nevada nos levantamos para ir al instituto pero no pudimos bajar porque no subió el autobús y nos volvimos a casa, luego hicimos un muñeco de nieve. Por la tarde nos fuimos a una cuesta a tirarnos con un trineo.
Al día siguiente tampoco pudimos ir a clase e hicimos una guerra de nieve, acabamos empapados y nos metimos para casa a calentarnos en la lumbre.
Por la noche cayó una helada muy grande y la nieve se puso muy dura y cuando amaneció nos dedicamos a quitar la nieve de las calles del pueblo, estuvimos tres días quitando el hielo y la nieve con las palas y la sal.
Después de quitar la nieve del pueblo bajamos a la Vega y nos dedicamos a echar sal y quitar el hielo de la carretera ya que la quitanieves no pasaba por la carretera el día que paso no había nada más que un poco en el medio y al pasar lo esparció todo y tuvimos que ir a quitarlo todo otra vez y como heló, por la noche fuimos a quitar el hielo para bajar el día siguiente a clase y así pasamos la nevada.
2.- El primer día solo nevó 12 centímetros. Por la noche volvió a nevar más, con lo que al día siguiente ya no pudimos bajar a clase por que nos quedamos incomunicados y tuvimos que ayudar a nuestros padres, todavía nos quedó tiempo para ir con palas a abrir «huella» para poder ir a alguna estabulación.
Por la noche helaba mucho, tanto que se congeló el agua de las casas, estuvimos tres días casi sin agua, las tuberías estaban congeladas y caía muy poco a poco.
3.- Los días en que cayó la nevada en Liébana, que comenzó a caer el jueves 16, fueron diferentes para la rutina que por aquí solemos tener.
Cuando comenzó a nevar estaba en clase con mis compañeros. Todos, incluido algún que otro profesor, mirábamos anonadados el bonito paisaje que nuestros ojos contemplaban.
En invierno es común que nieve pero esta vez, al hacer un fuerte viento, en poco tiempo el paisaje se puso blanco, algunos de mis compañeros se marcharon para casa temiendo que luego no tuvieran medio de transporte que les llevase a su hogar. Actuaron correctamente puesto que el viernes 17 amaneció completamente nevado.
Yo, que soy de Potes, me abrigué en condiciones y fui a clase. El instituto estaba prácticamente desierto puesto que los transportes escolares no pudieron recoger a los alumnos por el fuerte temporal y el mal estado de las carreteras.
El fin de semana fue muy alegre puesto que no nevaba pero todas las calles y lugares estaban blancos, fue un fin de semana en el cual la gente sacó los trineos, hicieron muñecos de nieve e, incluso, guerras de bolas de nieve; para la juventud fue un fin de semana diferente. En cambio los adultos lo veían desde otra perspectiva, muchos de ellos se quedaron en los pueblos incomunicados sin poder ir a trabajar.
Lo mejor de todo y más bonito es que seguramente muchas familias lebaniegas se reunieron al lado de la chimenea de su casa a contar historias y recordar viejos tiempos.
4.- Los primeros días de la nieve estuve en Potes y el jueves me tuve que subir a casa porque nevaba mucho.
El viernes ya estaba todo tapado y los coches no podían moverse.
El sábado, como ya había helado, pudimos ir a esquiar.
El día siguiente me fui con mis amigos a dar una vuelta con los esquís.
El lunes teníamos que bajar a clase pero, como el domingo subió la quitanieves, la carretera estaba helada y bajamos por la tarde.
5.- El sábado que empezó a nevar cayeron unos 10 centímetros y siguió hasta alcanzar los 25.
El lunes el autobús no pudo circular la nieve que había. Por la tarde quedé con unos amigos del mismo ayuntamiento para divertirnos un poco y tirarnos por la nieve.
Por la tarde pasó la quitanieves, pero lo malo es que dejó una capa de unos 2 ó 3 centímetros y era muy peligroso transitar.
6.- La nevada más grande de este año tuvo lugar durante los días10, 11 y 12 de enero.
Estos días son tranquilos, aunque a la vez son divertidos. Pasas más tiempo que nunca con la familia, juegas, ríes, discutes, duermes, te da tiempo a hacer de todo.
El viernes 10 me levanté y al abrir la ventana vi que nevaba, desayunas en familia lo típico de estas ocasiones chocolate bien caliente y frisuelos, luego nos abrigamos y ¡a pisar nieve! ¡a hacer un muñeco de nieve hasta la hora de comer.
Para comer hizo mi madre un cocido lebaniego con su sopa sus garbanzos, relleno, carne, esto es el mejor manjar para un día tan frío. Después sesión de tele y cartas todos juntos al lado del fuego. Ya es la hora de cenar, chorizo asado a la lumbre con pan casero y a la cama.
El sábado 11 todo cambió, ya casi no hay nieve y empieza a llover y la nieve se empieza a ir. Todo vuelve a la normalidad, llega la noche la gente sale de fiesta, aunque la de los pueblos bajos, porque en los pueblos altos todavía hay bastante nieve.
El domingo 12, aquí en mi pueblo, Turieno, todo es normal no hay nieve, todo el mundo va a pasear, habla del frío que hace, lo bien que viene la nieve para que se retrasen los árboles.
La gente mayor cuenta que antes caían nevadas mucho mas grandes que ahora, recuerdan anécdotas y se ríen, los niños guardan sus trineos y sacan las bicis de nuevo.
Se empieza a oscurecer, todo el mundo se recoge en sus casa. Los niños se preparan para ir a clase mientras los mayores dan de cenar a las vacas, recogen los ovejas y cierran las gallinas.
Ya todo volvió o la normalidad, ahora a dormir y mañana cada uno a sus obligaciones.
7.- El sábado 1 de febrero nos levantamos ,y al mirar la calle, nos sorprendimos al observar que nuestros paisajes se habían cubierto con un manto blanco, lo que nos causó una gran satisfacción porque cuando esto ocurre todos sabemos que será un día familiar. Todos en casa alrededor de la chimenea, contando anécdotas de anteriores nevadas y las familias aprovecharán para hablar y descansar de sus atareados trabajos. La juventud se ilusiona al ver el hermoso paisaje que les aporta tanta luminosidad y tanta ilusión, porque rompe la absurda monotonía que los rodea a los habitantes de esta zona, pero como todo, esta imagen de los picos nevados, poco a poco, y como es lógico, se va derritiendo hasta volver a tener la imagen actual.
8.– En la última nevada nos quedamos incomunicados mi familia y yo. Lo peor eran las heladas que caían cada noche.
Esta vez nevó algo más que la anterior y por este motivo no pudimos desplazarnos a ninguna parte.
Recuerdo que esa nieve era de trapo, suave, que apenas mojaba, pero cuando me levanté a la mañana siguiente la nieve pesaba y estaba muy dura.
La gente del pueblo apenas salía de sus casas, solamente para echar más leña al fuego.
Todo estaba desértico, como si no hubiera vida, los animales estaban refugiados, a salvo del frio.
Por fin, a los cuatro o cinco días, el deshielo produjo las grandes riadas que hacían surcos entre la tierra, llevándose consigo pedacitos de nieve y hielo.
Al fin salio la gente y todo volvió a su estado natural, cada familia volvió a sus obligaciones de cada día, y mi familia y yo también.
En cuanto dejó de helar por fin fui al instituto y volví a mis quehaceres, con mis amigos etc.….