La visita al Museo de Altamira es algo que nos vino bien pues estábamos viendo el tema de la Prehistoria en el colegio. Durante la visita estuvimos acompañados por nuestros tutores, Gema, José Manuel y José Javier.

Lo primero que hicimos cuando llegamos fue ver el Museo en el que pudimos ver y tocar réplicas de los útiles y restos encontrados en las cuevas, así como ver unos vídeos ilustrativos sobre cómo se vivía hace 18.000 años. Durante la visita al Museo trabajamos unas guías didácticas que nos prepararon los responsables del Museo.

Más tarde vimos la Neocueva, algo que nos sorprendió mucho. Allí nos explicaron las distintas partes en las que se dividía la cueva: la entrada de la cueva donde pasaban la mayoría del tiempo y hacían sus labores como coser, comer. Ese lugar recibía el nombre de Hogar… Otra parte era la interior, que es lo más fascinante de la cueva, donde están las pinturas. En esas pinturas se pueden diferenciar animales como bisontes, caballos y ciervos, manos en positivo y negativo y algún signo que no se ha conseguido descifrar. Aunque lo más increíble fue el saber que la altura que hay entre el suelo y el techo de la cueva original en algunos lugares es inferior al metro de altura.

Por último, nos dividimos para hacer los talleres, donde aprendimos muchas cosas de la mano de Munua, gracias.

El de sílex, el del fuego, la caza y el del graffiti. El taller de sílex consistía en hacer láminas finas chocando dos piedras y con esas láminas es con lo que se hacían las puntas y cuchillos. El taller del fuego nos sirvió para ver las dos formas que tuvieron en el Paleolítico Superior para conseguir luz, calor y poder cocinar, mediante el golpeo de dos piedras o bien por el rozamiento de un palo. En el taller de la caza descubrimos la importancia de la palanca con los propulsores y todo el proceso necesario para hacer una buena lanza. Por último el taller del graffiti en donde, después de ver cómo se obtenían los pigmentos, pintamos nuestras manos en una pared con un aerógrafo, una pajota que imitaba los huesos que utilizó el Homo Habilis hace ya muchos años.